El Barrio de la sal, barrio de ferroviarios, barrio de militares, de campos de lúpulo y de mucha historia.
Los talleres del barrio la sal, que antaño acogían a jóvenes para hacer el servicio militar de ferrocarriles celebraban sus fiestas todos los 30 de mayo, San Fernando, patron del arma de ingenieros, esos mismos militares limpiaban las calles, desfilaban y deleitaban a toque de trompeta a todos los vecinos.
Todavía muchos son los que recuerdan las trompetas sonando  a diario a las 7:00 de la mañana. Hoy sufren el abandono de todas las instituciones, muchos proyectos pero todos ellos olvidados en un cajón. Muchos y muchas han pasado y prometido cosas para luego dar la espalda a esta zona y hacer que su decadencia vaya cada día a más.
En el interior de este barrio duerme oculto y abandonado un polideportivo con infinitas posibilidades, que años atrás disponía de zonas de juego, mesas, zonas verdes y cancha deportiva, y donde todos los años celebraban unas fiestas con infinidad de actividades que hacían que personas de todo el municipio y de todo león acudieran a comer,bailar y disfrutar. Cada 4 años se acuerdan de este polideportivo y de su decadencia, semanas después todas esas promesas se esfuman como si de una vara de incienso se tratase.
Son miles las personas que viven en este barrio, niños,jóvenes,ancianos y todos coinciden en algo.se ven olvidados por la institución que debería velar por ellos. Paradas de autobús pintadas en el suelo y que día a día se van borrando ya que ni una sola línea de autobús da servido a estas miles de personas. Calles sin aceras que hacen que el tránsito por ellas sea un deporte de riesgo y ya ni hablar de lo que supone para las personas de movilidad reducida o los carritos de bebé que tiene que transitar por el asfalto debido a la ya citada falta de aceras, a la
estrechez de esas mismas o la ubicación de farolas en el medio. Juegos infantiles astillados y marcados por el paso del tiempo que hacen un habitual la visitas al centro de salud para curar heridas y sacar astillas. Cabinas de teléfono rotas en las que todavía se ven cristales a su alrededor. Un puesto de alquiler de bicis que reposa sobre el suelo, invisible a la gente, debido a la costumbre y su nula utilidad.
Estos y otros muchos ejemplos son solo algunos de los motivos por lo que este barrio, El Barrio de La Sal, que en su día fue un enclave privilegiado para el crecimiento del municipio de San Andrés del Rabanedo, hoy se ve abocado al olvido y deja patente su estado de decadencia en los últimos tiempos.
Juan carlos Gutiérrez