Corría al lado de un río alegre que salpicaba de hermosura sus laderas. La mañana era espléndida. Llegó a su sitio preferido, el recodo que formaba allí un meandro del río, era su lugar especial. Sacó su libro y leyó durante un buen rato con el murmullo saltarín de las aguas, como sinfonía de fondo. Luego observó con detenimiento el paraje, las formas, los colores, los sonidos, la paz que había en aquel rincón, le daban alas para asentar los pensamientos en su cerebro.

Aún no sabía que cuando la vida, le pusiera entre la espada y la pared, volvería allí con su mente y encontraría los restos de la calma que aquel paisaje le proporcionaba.

Le pasaba siempre que iba allí, se ensimismaba un rato, como si el tiempo se parase y el espacio cobrase una dimensión desconocida. Luego sacaba su cuaderno de dibujo y sus colores y se deleitaba trazando bocetos de vida.

Aún no sabía que aquellos inicios, eran los primeros pasos hacia una obra que duraría toda su existencia.

Rosalina les contó a los cuatro, con esta especie de historia que traía escrita, cual era el motor de su vida.

-¿Siempre has estado trabajando en la pintura? Preguntó Rosa.

-Siempre y aún sigo, por eso os invito a que vayáis a visitarme y así os mostraré algunas pequeñas obras.

Se miraron y asintieron. Luego se despidieron. Rosalina se fue dejando a Rosa, a Romualdo y a Remigio, pletóricos de ilusión. Aquella mujer contagiaba sus ganas y su espíritu de juventud.

Rosa dijo en voz alta: – Me da vergüenza admitir que…, he juzgado a alguna persona por su orientación sexual sin tener ni idea de nada. ¡Qué falta de respeto!

– ¡Qué fácil es poner etiquetas, juzgar y estropear la esencia de la vida por no tener una mente abierta! Le espetó Romualdo.

Remigio asintió cabizbajo mientras los tres se dirigían al comedor, era la hora de la cena.

– Estáis muy callados hoy. Dijo la gerocultora mientras les servía la sopa.

Mordida existencial: Ser y sernos respetuosos, es una de las facultades que llevan a buen puerto. Al buen puerto de vive y deja vivir.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.