TORNEO EN EL CAMPO DE LA VERDAD ZAMORANO

De siempre hemos hecho una interpretación sobre los acontecimientos que tuvieron lugar entre 1029-1085, dentro de la península Ibérica en atención a las informaciones versátiles, publicaciones documentadas y exposiciones detalladas que circulaban en los ambientes más o menos mediáticos,  de categorización universitaria y, en todo caso, de contrastada erudición sobre los que gravitábamos el sello, ¡ mayestático  sello !, de la `leoneseidad ambiental imperante´.[Ha sucedido que al combate en duelo/reto/desafío, del 1-junio-1073, de los hijos de Arias Gonzalo, Alcaide de Zamora, no se le daba la importancia que en sí tenía]                                   .
De estos hechos del pasado medieval hispánico descuella y sobresale, con luz propia, todo lo que está  en el entramado relacionado con el hecho histórico de “ El Cerco”, y tal nombre y para tal cuestión, y con  independencia del alto número de poblaciones asediadas en la Edad Media durante todos la “La Reconquista”(¡los muy largos 800 años de la misma!), siempre se refiere a: “El Cerco de la urbe leonesa de Zamora”,  y a que “tal y tan concreto cerco” fue llevado a efecto, `como así fue´, por unas fuerzas invasoras del “solar leonés”, por los ejércitos castellanos, en el año 1072 (como cenit cumbre, fijo y mayestático de un enfrentamiento, secular y paradigmático, entre la Corona Leonesa y la Corona castellana, por ostentar el poder hegemónico,¡ `poder imperial´. ligado desde inicio  neovisigotico a la Casa Imperial Leonesa, en el global completo de la península ibérica) y toda la amplia circunstancialidad integral inherente, por diversas causas y motivaciones,  al mismo, o sea:

[1.º] La carga previa de los sucesos anteriores a “El Cerco”;

[2.º] El desarrollo de “El Cerco” en sí mismo;

[3.º] Las plusvalías generadas, de todo tipo, derivadas de “El Cerco”.

[4º] La importancia del duelo/reto/desafío del 1-junio-1073.

Hemos hablado del pasado medieval de la Corona Leonesa, debatido ampliamente sobre su efectiva influencia y contrastada la relación de situaciones sobre los hechos anteriores previos a “El Cerco” del año 1072, en muchas ocasiones, y es  por ello, ¡y también con ello!, que establecemos como basamento umbral, casi apriorísticamente, la extraordinaria importancia peninsular (estratégica y logística) de la Corona Leonesa en la situación medieval hispánica y, en nuestro entender, en el orbe, de raíz cristiana, de la europeidad de aquel entonces. Ello lleva a los actos de la urbe leonesa de Zamora una importancia añadida.

Sobre el propio cerco, y con los datos de antes, ya se apreciaba el alto `significado estructural´ que, como instrumentación militar de intendencia, logística y estrategia,  representa la leonesa fortaleza de Zamora en el entorno temporal del año 1072, y como interviene -.- actúa y activa -.-  provocativamente, en las acciones de sus figuras señeras, tomando un significado y  una relevancia épica tan descomunalmente importante que, generando paradigmas, universaliza su presencia a través del tiempo y la hace llegar hasta nuestros días.                           .
Frente a otros intereses interpretativos (de procedencia foránea la más de las veces e incluso hasta en la administración nominativa religiosa intencionadamente equivoca), que no compartíamos, sobre los relatos posteriores a “El Cerco” de Zamora en 1072, hemos mantenido, con subrayado en positivo, la situación cimera que: 1º) logra por su acción, 2º) alcanza por su rotundidad y 3º) gana por su ejemplaridad  (eclosionando por su magnificencia), en toda la Corona Leonesa situándola en un foco atractivo, imanante y mítico de toda la Europa Medieval, del extremo oriente y del espacio social árabe y agareno. Y enlaza con el duelo/reto/desafío del 1-junio-1073   en “El Campo de La Verdad” junto al recinto amurallado de la urbe leonesa de Zamora.                            .                                                                .
Aunque ya hemos comentado la circunstancialidad de los hechos de “El Campo de La Verdad”, que están situados en el        1-6-1073, no por ello dejamos, sin hacer atajo, de hacer referencia a los mismos, resaltando su alto significado, categórica importancia y trascendencia política después de la `hecatombe castellana´, donde pierden su opción, del día 7-10-1072 y su consiguiente desplome integral (cultural, religioso, político, económico, militar y social), que se concita en: (1º) Falta de liderazgo, (2º) Ausencia de proyecto y (3º) Desprovista de vigor efectivo.[Para la Corona Leonesa fue muy importante, extraordinariamente importante, el 7-10-1072 pero fue extraordinariamente decisivo y momento clave el 1-6-1073].                                    .
“El Campo de La Verdad” es en sí, y en nuestro criterio, un último asidero y desesperado intento por mantener, a pesar de la debacle circundante, el `control castellano´ (de la Corona Castellana) sobre la clara y preponderante `hegemonía leonesa´ (de la Corona Leonesa), efectuado al trágala de asumir la dirección integral de Alfonso VI (y sus hermanas Dª. Urraca y Dª. Elvira) con `una vitola foránea que no fuera leonesa´. Tal embate salió totalmente lesivo para los intereses castellanos y, por el contrario, fue muy afortunado, ¡extraordinariamente afortunado!, para toda la Corona Leonesa. El 1-junio-1073 lleva, en sí mismo, una prima añadida de reforzamiento sobre “el liderazgo peninsular leonés”.                    .
Todos los hechos que abarcan el citado periodo de 1029-1085 pudieran tener, en lo que se circunscribe a partir del año 1054, una interpretación añadida (casi ex-novo hace poco tiempo) que, en atención a investigaciones muy recientes [de la Dra. Torre Sevilla (D.ª Margarita), catedrática de historia medieval de ULE (Universidad de León), y del Dr. Ortega del Río, que ya vienen originadas de antes (citado por nuestro admirado Antonio Viñayo González, 26-3-1964) en base a estudios previos (del arqueólogo Beltrán Martínez, catedrático de Prehistoria en la universidad de Zaragoza)], sobre el “Cáliz de D.ª Urraca” como “El Santo Grial” y de los mismos derivar, en y como observable presunción mantenida, la obligada traslación del mismo, hacia `el abrigo del  recinto de la amurallada ciudad leonesa de Zamora´, en atención a la coyuntura bélica.¡ de fuerza mayor!, que se origina después de las batallas, entre la Corona Leonesa y la Corona Castellana, en las lugares de Llantada y Golpejera. [¿Cómo no Insistir después del 7-10-1072 con el  1-6-1073, si el trasunto que,  aun estando ocultado, pudo ser “Cáliz de D.ª Urraca” y/o “El Santo Grial”?]                                    .
Pudiera haber sucedido (¿acaso no?) que “El Santo Grial”, desde la versión última, más cercana, que ahora, por cuasi `revelación universitaria´, sabemos tras su difusión, hubiera sido conocido en aquel entonces, ¡ muy conocido!, por la Casa Real Leonesa desde 1054 {con los hijos de Sancha I de León y Fernando (de ascendencia navarra en la Casa Jimena) en edades de claro conocimiento e instrucción, tales: Urraca (21), Elvira (16), Sancho (15), García (12) y Alfonso (7)} y que, en pasando el fallecimiento de los Reyes Leoneses (la descripción de su óbito nos llama poderosamente la atención) del rey consorte, de origen navarro, Fernando (en 1065) y de su mujer Sancha I (en 1067)), la legítima apetencia por tal y tan concreta reliquia fuera, como motivo iniciático, una causa, ¡una más!, del enfrentamiento global entre la Corona Leonesa y la Corona Castellana. Puede que ello lleve a resaltar, aún más, el reto/duelo/desafío del 1-junio-1073.

Lo señalado anteriormente nos situaría en tal supuesto, de forma natural y lógica, en un escenario diferente, de mayor espectro interpretativo, significativamente más amplio que, sin ser por sí mismo enteramente nuevo, dibuja un panorama con otras circunstancias añadidas, pues ahora tendríamos, en tales presunciones aportadas y después de la batalla de Golpejera, a D. ª Urraca Fernández (con 39 años) en la custodia de “El Santo Grial” y, con ello, con todas las presunciones al caso, en su abrigo a los muros, ¡recios muros!,  de la ciudad leonesa de Zamora. Ello daría, manteniendo permanente las presunciones ya dichas, una dimensionalidad diferente  y un ámbito más complejo sobre el cerco de Zamora del año 1072, cuál sería la `componente religiosa´ (que puede que también fuera conocida por los árabes y agarenos del resto de la península ibérica) que, hasta hace poco, no se ha tenido en cuenta.                               .

Podríamos estar, tal vez, ante un reforzamiento muy importante de las tesis en pro de los defensores, en Zamora al año 1072, de la Corona Leonesa y concatenado con ello, en una proyección mayor, ¡y más amplia!, de todas las figuras que están en la órbita de tal acontecer épico. Nos referimos a: Arias Gonzalo y sus hijos, Vellido Dolfos, D.ª Urraca y Alfonso VI . Si ello fuera así, la inmolación de los hijos de Arias Gonzalo (Pedro Arias, Diego Arias y Rodrigo Arias), en el 1-junio-1073 en “El Campo de La Verdad”, además de ser por la defensa, ¡honorable defensa!, de Zamora y de la Corona Leonesa frente a las aspiraciones de la Corona Castellana, habría sido, con todas las precauciones al caso, que es muy importante y descomunalmente extraordinario, por “El Santo Grial”.

Sabido es que, desde entonces,  desde esa concatenación de las fechas del 7-octubre-1072 y del 1-junio-1073, la Corona Leonesa  dio un lema y slogan universalmente difundido, que nos habla de nuestra herencia patrimonial de la `leoneseidad amplia´ en las cuatro regiones de Extremadura+Reino Leonés+Galicia+Asturias, por eso decimos: “No se ganó Zamora en una hora”.

Francisco Iglesias Carreño

Del Instituto de Estudios Zamoranos FLORIAN D´OCAMPO