Un artículo publicado en la revista ‘Animals’ afirma que la mejora de las condiciones de producción de alimentos de origen animal favorece la salud humana y evita enfermedades.

La revista ‘Animals’ publicó el pasado mes de febrero un artículo titulado ‘Consumers Concerns and Perceptions of Farm Animal Welfare’ (Preocupaciones y percepciones de los consumidores sobre el bienestar de los animales de granja), firmado por Marta E. Alonso de la Varga y José R. González-Montaña, ambos profesores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León (ULE), y por Juan M. Lomillos de la Universidad Cardenal Herrera (CEU).

El trabajo analiza la evolución en los últimos cincuenta años en la percepción que tiene la sociedad sobre los sistemas de producción animal, y concluye que se ha generado una creciente preocupación entre ciudadanos y consumidores sobre los efectos que la intensificación de dichos sistemas tiene sobre el bienestar de los animales de granja.

“En los últimos cincuenta años, -explican-, “el sector ganadero ha experimentado cambios sin precedentes para hacer frente a la creciente demanda de alimentos derivados de animales”, e indican que en ese periodo, “la población humana mundial ha aumentado en un factor de 2,4 y el consumo de carne en un factor de 4,7”.

El origen de la preocupación de la sociedad sobre este tema se podría decir que comenzó con la legislación británica de protección animal, bienestar animal y los derechos de los animales del siglo XIX, si bien en las últimas dos décadas un número cada vez mayor de consumidores y ciudadanos exigen “sistemas de producción éticos y afirman negarse a comprar productos que no cumplan con sus preocupaciones sobre bienestar animal”.

A este respecto, se señala que encuestas realizadas en Europa indicaron que el porcentaje de ciudadanos que consideró muy importante proteger el bienestar de los animales de granja aumentó del 34 al 57 % entre 2006 y 2015.

LAS BUENAS PRÁCTICAS CON LOS ANIMALES EVITAN ENFERMEDADES Y EPIDEMIAS

El artículo fue publicado en ‘Animals’ en febrero de 2020, cuando aún no se conocía prácticamente nada de la pandemia que el coronavirus iba a generar en todo el mundo, como consecuencia del covid-19, un virus cuyo origen parece estar vinculado al comercio y consumo de animales salvajes en mercados de la ciudad china de Wuhan.

De ahí la importancia de que, tal y como se apunta en el texto, se abogue por mejorar los sistemas para lograr animales que vivan en condiciones de buena salud y de bienestar, lo que podría reducir la incidencia de enfermedades y el uso de antibióticos, como parte de una estrategia para disminuir las resistencias bacterianas globales, y esto resultaría en una mejor salud y bienestar humanos, todo vinculado en el objetivo de ‘One Health, One Welfare’.

Es importante destacar que los productos ‘amigables con los animales’, que proceden de granjas con sistemas con niveles más altos de bienestar, no solo son percibidos por los consumidores como más saludables, sino que también “se consideran de mayor calidad, más sabrosos, más higiénicos, más seguros, aceptables, auténticos, amigables con el medio ambiente y tradicionales”.

El artículo firmado por los dos profesores de la ULE apunta que tanto los consumidores como los ciudadanos tienen la oportunidad de mejorar el bienestar de millones de animales de granja ahora y en el futuro. Los consumidores asumiendo su responsabilidad en el punto de compra, y los ciudadanos mediante la presión a sus representantes políticos para que impulsen una legislación que logre un mínimo estándar de condiciones de bienestar en la producción animal.

“Los ganaderos y los demás miembros de la cadena alimentaria, -se afirma-, deben ser conscientes de las percepciones públicas y la evolución de las preocupaciones y actitudes de los consumidores para tomar decisiones informadas sobre la implementación de prácticas de producción en sus granjas que mejoren la sostenibilidad, la responsabilidad social y la confianza pública, para conseguir la aprobación ética de la sociedad en general”.

Estas exigencias se verán posiblemente incrementadas como consecuencia de la pandemia de Covid-19, que puede generar cambios en la percepción de los ciudadanos sobre el trato que se da a los animales, y también sobre la necesidad de adoptar medidas que dificulten la transmisión de enfermedades de origen animal a las personas.