Un comunicado difundido por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas propone una serie de ‘medidas mínimas asumibles’.

La Conferencia de Rectores de las universidades españolas ha hecho público un comunicado, al que se han adherido otras entidades como la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), y la Alianza de Centros Severo Ochoa y Unidades María de Maeztu (SOMMa), en el que explican que “la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, ha puesto de manifiesto, como muy pocas veces antes, el papel relevante de la Ciencia, junto con el sistema de salud, en la obtención e interpretación de datos y en proponer estrategias para la resolución de la crisis”.

En el texto se explica que en la gestión de la crisis generada por la epidemia se ha percibido “en diversas ocasiones, especialmente al inicio de la propagación, cierta tensión entre la información aportada e interpretada por los científicos expertos y las decisiones políticas tomadas a continuación por las autoridades”. Por ello, se apunta que la falta de sintonía “puede haber perjudicado la idoneidad de las medidas adoptadas, al no estar suficientemente sustentadas en las evidencias disponibles”.

Los obstáculos detectados en el flujo de información entre científicos y autoridades han puesto de manifiesto la “dificultad que conlleva tener que proporcionar evidencia científica a quien la requiere y en el momento preciso, cuando las redes y mecanismos de asesoramiento o bien no existían, o no se habían desarrollado debidamente”, se añade.

A continuación, la nota recuerda que “además del asesoramiento y la información, la Ciencia tiene otros cometidos esenciales ante la actual pandemia de coronavirus SARS-CoV-2”, cometidos que se definen como la obtención de métodos de diagnóstico más rápidos, fiables y económicos, el desarrollo de vacunas, y la generación y validación de nuevas terapias, entre otros. “Estos cometidos, -se afirma-, requerirán el esfuerzo coordinado de todo el sistema científico y tecnológico para que puedan realizarse con la rapidez y la eficacia necesarias”.

Por todo ello, las entidades firmantes del comunicado consideran imprescindible garantizar los recursos e instrumentos suficientes para que la Ciencia pueda desempeñar con los cometidos citados en la resolución de la epidemia actual. “Ello permitirá, -añaden-, afrontar las posibles crisis futuras con los mínimos daños al tejido social y económico del país, que son bienes primordiales a preservar”.

En cuanto a los instrumentos, son cuatro los puntos que se señalan como “inaplazables”:

– Activar un sistema de información adecuado y dimensionado a las nuevas expectativas de flexibilidad e inmediatez que demanda la información científica

– Desplegar una red de asesoramiento científico a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, transparente e independiente, que debería estar cubriendo la totalidad de los niveles de la Administración

– Dotar a la Agencia Estatal de la autonomía necesaria para gestionar los recursos destinados a la Ciencia con un presupuesto plurianual

– Proveer de la suficiente capacidad a la Agencia para retener y orientar el talento existente hacia las nuevas necesidades derivadas de la nueva configuración social y económica tras la actual crisis.

En lo referido a los recursos que se deben concretar, la nota insiste en los siguientes aspectos:

– Un aumento regular y sostenido de la financiación de la ciencia

– La toma de las medidas necesarias para incrementar el número de especialistas en todas aquellas disciplinas científicas, sociales y de salud que se requerirán para afrontar crisis sanitarias de gran envergadura

– La máxima atención al sistema de salud, que deberá recibir prioritariamente los fondos necesarios y adquirir la dimensión que le permita disponer de todo lo necesario para resolver la actual situación excepcional y cualquier crisis sanitaria venidera

El comunicado concluye señalando que las entidades que firman el texto insisten en que la aplicación de las demandas recogidas en el ‘Manifiesto por la Ciencia ’constituyen unas exigencias de “mínimos asumibles”, si se les da cumplimiento con la máxima urgencia.