-¡Qué bien te ha quedado esa farola Remi! Se te da de perlas esto del ganchillo.

-Si no lo veo no lo creo, ni yo mismo puedo estar más impactado. ¿Quién me iba a decir que gracias al cursillo al que nos apuntamos iba a sentirme tan bien? Mi madre se echaría a llorar de emoción.

– Ha sido una gran idea de la directora de la residencia que viniera la asociación de amas de casa del barrio a enseñarnos a manejar el ganchillo, es creativo y casi adictivo, no sé si a ti te pasa, pero yo cuando estoy ahí teje que teje, hasta ir al baño me da pereza.

– Si es cierto, a mí también me pasa. Oye, a ti te está quedando precioso el molino. También a ti se te da esto del ganchillo. ¿Sabes? Creo que si los hombres, nos acercásemos mucho más a cosas que parece que solo son de mujeres, nos iría muchísimo mejor. Asintió Romualdo ante el comentario de su amigo.

– Ni tanto, recuerdo a mi querida compañera, cuando me acompañaba en los reportajes que me encargaban, me enseñó a captar detalles que a mi se me iban. Deberíamos aprovechar mucho más la esencia femenina que todos poseemos.

Los dos hombres siguieron a su labor ensimismados en los puntos, en las patas, en las cadenetas, en ese río precioso que un hilo consigue solamente con las manos, el ganchillo y por supuesto la creatividad y el trabajo.

Mordida existencial: Aunque no lo parezca, el humilde ganchillo, es capaz de crear obras de arte inimaginables. La historia ficticia de los dos personajes que hacen ganchillo en la residencia de mayores donde viven, viene a cuento para agradecer la preciosa labor que en Villoria de Órbigo, se viene llevando a cabo, desde el año pasado, por la asociación “Villa Áurea” de Villoria de Órbigo, con mucha imaginación, ganas, amor por las cosas bien hechas, perfeccionismo, superación y mucha voluntad. En esta asociación han demostrado que se pueden conseguir retos muy importantes cuando se comparte. Si el año pasado, todos quedamos estupefactos con el gran árbol de ganchillo y con el Belén elaborado a base de pulso, ganchillo, amor y mucho tiempo y dedicación, este año, nos han vuelto a sorprender, el árbol ha crecido, y respecto al Belén, es impresionante observar las nuevas aportaciones, como la plantación de lúpulo con su máquina de cosechar incluida, el perro meando en la farola, los edificios relevantes del pueblo, en fin, boquiabiertos y disfrutando como niños ante una obra preciosa que ha sido posible gracias a la asociación “Villa Áurea”. Creo que cada persona que se haya acercado a empaparse de este espíritu de unión,  ha sentido un pellizco en el corazón. ¡Enhorabuena por el trabajo y por la emoción que hemos sentido al acercarnos a vuestra gran obra de arte!

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo