El ex coordinador general de Izquierda Unida y uno de los fundadores de Actúa Gaspar Llamazares presentará en León su nuevo libro La izquierda herida, un ensayo en el que reflexiona sobre el presente del ciclo populista y su influencia, mañana jueves, 12 de marzo, a las 20.00 horas, en el Salón de Actos de la Fundación Sierra Pambley (Sierra Pambley, 2), en un acto en el que también intervendrá Rafael Saravia.

«No soy de los que piensan que el espacio político de la izquierda existe independientemente de las acciones, ni de los que creen que el futuro de la democracia y la izquierda está garantizado. Mi análisis es crítico y autocrítico con esa izquierda otra vez rota que necesita renovación ante los riesgos y retos del futuro. Para ello reivindico la buena política, a sabiendas de que en estos tiempos no está de moda, y reivindico también la democracia frente al espejismo del populismo que, con su degeneración identitaria, comunitaria y autoritaria, condiciona la política española y el contexto europeo e internacional», afirma Llamazares.

La izquierda herida es un libro valiente que se atreve con los polémicos temas de la actualidad, como las heridas de la izquierda, el asalto al Estado autonómico, la nostalgia de una política sólida, el compromiso con Europa, el reto de las migraciones, las fracturas de la globalización o la transición ecológica. Además, el autor propone «un proyecto estratégico y político de una izquierda de la clase trabajadora en sentido amplio, capaz de incorporar las perspectivas ecopacifista, feminista, republicana, federal y europeísta del futuro, con voluntad de integrar a obreros, precarios y autónomos que hoy viven dispersos en el centro y en las periferias despobladas».

Articulista y analista político, y autor de varios libros, Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) es médico y máster en salud pública. Confiesa que ha escrito este libro «desde el punto de vista de alguien que se sigue considerando de izquierdas, pero quizá de manera distinta a la de ayer, en una sociedad muy diferente de aquella de finales de los setenta, en que una mezcla de rebeldía y pasión me llevó al movimiento estudiantil y luego a la militancia política, en el PCE tras el 23-F y después en Izquierda Unida, hasta hace bien poco. Una sociedad distinta también del periodo de la reconversión industrial en Asturias, de la larga etapa de crecimiento de la burbuja urbanística y su posterior implosión, durante la que tuve el reto y el privilegio de representar a la izquierda, a veces casi en solitario, durante quince años en el Congreso de los Diputados»