Más que por su historia, la verdadera razón de ser del Estado de las Autonomías es su capacidad para desarrollar estrategias con las que afrontar el futuro, ha subrayado el presidente de la Junta de Castilla y León

El presidente del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, ha inaugurado hoy el Congreso “Somos Castilla y León 2020: Los retos y las estrategias de un tiempo nuevo”, organizado por el Mundo de Castilla y León, donde ha destacado que más que por su historia, las comunidades autónomas se justifican por su utilidad, su eficacia y su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas. Es decir, según ha afirmado el presidente, las autonomías son un instrumento para el porvenir, no para alentar diferencias, sino que deben verse como un instrumento fundamental para desarrollar estrategias con las que afrontar los retos de este tiempo nuevo.

En este sentido, ha señalado que el Estado autonómico debe aprovecharse para garantizar más bienestar a la sociedad, con servicios públicos de calidad, dando protección en red a los que están en situación o riesgo de exclusión, etc.
También para impulsar y apoyar la creación de más y mejor empleo, insistiendo en la calidad de ese empleo, en favorecer la conciliación y en corregir la brecha salarial entre mujeres y hombres.

Castilla y León camina en esa dirección, según ha afirmado Fernández Mañueco, fortaleciendo sus sectores productivos, como el sector agrario, que sigue modernizándose en el marco de la nueva PAC, o un sector industrial que avanza hacia la Industria 4.0, preservando el carácter estratégico de la automoción y la agroindustria, y aportando alternativas reales para el sector energético.

También las infraestructuras son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a aumentar la competitividad de la economía regional, por lo que el presidente ha recordado los compromisos pendientes en materia de autovías, AVE y tren convencional.

Y, por último, entre los retos de Castilla y León como autonomía está el de superar los déficits en TIC y redes digitales, imprescindibles, junto con el esfuerzo para mantener los servicios públicos, para mejorar la cohesión territorial, la calidad de vida del mundo rural y hacer frente a los actuales desafíos demográficos.