Decir ahora, ¡y a estas alturas!, que la política instrumentada sobre toda “la cuestión territorial”, después de los faustos días de 1981 no ha sido la adecuada, parecería apuntarse a un carro que está rebosando de huéspedes por los cuatro costados, otra cosa es, muy diferente y diametralmente distinta, que quien lo diga ahora ya lo anunciara con sobrado tiempo y en unos momentos en donde los corifeos, del permanente almibarado y masivo aplauso, estuvieran sumamente ocupados en mirar para otro lado.

No hacer del detalle minucioso procedimental en aplicación seguida, de la CE´1978, ha traído, ¡y seguirá trayendo!, unos plañideros lloros que tienen su posible (¿acaso certero?) origen en los lodos, betunes y cienos que desdibujaron la igualdad integral {singular (como ciudadanos españoles) y grupal (como Pueblos de España)} contenida en la CE´1978.

No hace falta insistir, y menos aún ocultar que, de un tiempo a esta parte, estamos inmersos en esta nuestra España (tanto la oficial como la no oficial) en un debate- cuasi permanente debate-, que en algunas partes-.-léase todo el noroeste hispánico-.- está siendo laminado, censurado y vetado (¿por orden de quién), en relación a un posible “concepto nuevo” que se ha instalado-.- cuasi a empujones-.- entre nosotros, principalmente a partir del año1981(aunque tiene precedentes en el afán de asentar “La Corona” y tal vez, en supuesta situación, olvidar un tanto “La Nación”) y ya ahora, más cercanamente, sobre todo a partir del año 2010, que responde a la palabra, voz o locución de: supremacismo.

Estando en tal debatibles nubes y etéreos espacios, hemos efectuado, instrumental y direccionalmente, un mental aterrizaje, para situarnos en el aquí (del ahora familiarmente convivencial), sin el olvido de lo ya dicho antes, y tratar de referencias más precisas a la vez que de hechos más concretos, al considerar que tal menester/ejercicio/proceso conviene, de vez en cuando, ejercitarlo por pura e intelectual higiene.

Escribíamos hace ya un tiempo lo siguiente: “A vista de la actualidad, casi da la impresión de ser una escena kafkinana, la que tuvo lugar, por el año 956, en una población de Germania, después deslocalizada hacia la península Itálica, al sur de La Lombardía, concretamente en Cremona, en la vivencia de su obispo Liutprando, cuando recordase aquel encuentro que tuvo en Frankfurt con Recemundo.”

Hablábamos de aquélla centro Europa, la península Itálica del S. X, y poníamos en situación a dos especiales personajes: Liutprando y Recemundo, a los cuales, y a continuación, por una descripción cercana, tratábamos de enmarcar, situar y ubicar, para acercarlos un poco hacia el presente este nuestro, el de los intensos y nunca concluyentes debates. No olvidemos que hemos empezando, con ciertas formulaciones y aseveraciones, hablando del supremacismo.

Lo hacíamos de la siguiente guisa.: ”Citar a estas alturas del Siglo XXI a Recemundo, no es más que hablar de un tiempo pasado donde en la península Ibérica (o si prefieren en la isidoriana Hispania), existe una amplia división entre dos grandes poderes integrales (sociales, políticos, religiosos, bélicos, culturales, etc), a veces entremezclados, que están encabezados por Abd al-Ranhman III (por el Califato de Córdoba) y Ramiro II (por el Regnúm Imperiúm Legionensis), y en el que oficia como obispo mozárabe de Ilíberis. Además de dedicación religiosa, Recemundo es filosofo, astrónomo y versado en matemáticas, razones muy de peso para ya tener a este personaje en cuenta, y darle un sello de importancia en la edad media hispánica”.

La persona de Recemundo no es solo y únicamente la de ser un muy importante Obispo Mozárabe, ya que es individuo de gran influencia y prestigio en el Califato de Córdoba. Autor entre otras cosas de “El Calendario de Córdoba (o El Libro de la división de los tiempos,) una importante obra escrita sobre el año 961, en la que se introducen/describen/explican los trabajos agrícolas de aquellos momentos, que debían secuenciarse a lo largo de la estaciones en cada uno de los meses, así como las elaboraciones, progresos, manipulaciones y evoluciones que debían seguirse con cada producto singularmente. Y ello en diferenciación ubicacional, sea tanto para el campo como, y en su caso, para la ciudad, en lo que parecía ser la fijación de una programación analítica de la evolución productiva estacionalmente y la resultante con la cualificación de las cosechas.

Este libro., “El Calendario de Córdoba” (“El de la división de los tiempos”), fue traducido posteriormente, en el siglo XIII, por el médico y astrónomo Gerardo de Cremona (Cremona 114-Toledo 1187) {tras la toma de la ciudad de Toledo Por Alfonso VI de

León y el pormenorizado abrazo sobre los libros en árabe}. La obra de Recemundo está dedicada al califa Alhakén II y escrita paralelamente en árabe y latín (aunque argumentativamente ambas versiones no establecen siempre correspondencia).

Tenemos a Recemundo que, en el S. X, es una persona muy importante cualificada, extraordinariamente culta e influyente en su entorno convivencial, y que, además de todo eso que es trascendente, vive en territorio árabe de Hispania y es muy significativamente considerado, apreciado y distinguido.

Perfilábamos más al personaje añadiendo: “Además de lo señalado, Recemundo es conocedor de varias lenguas y todo ese conjunto ilustrado que posee se adorna a su vez con ser, ¡siendo cristiano mozárabe!, miembro del “oficio palatino” del Califato Cordobés y actuar políticamente, en nombre del Califa, como embajador ante el Emperador Otón I. “.

Con estos datos es de suponer que la figura de Recemundo ya no pase inadvertida por nadie, incluso por aquellos que, sobre el supremacísmo u otros vocablos/teorias, tengan unos argumentos muy elaborados.

Sobre el otro personaje señalábamos lo siguiente: “Liutprando es un historiador de los lombardos que posee una amplia dinámica profesional al servicio de diferentes poderes de su momento, que pasan desde la Corte de Pavía (en el servicio de secretaria y/o cancillería a Hugo de Árles como Rey de Italia, después a Berengario II de Ivrea), para ser embajador en Bizancio ante Constantino VII Porfirogeneta y a su retorno a Pavía, y en el caimiento en desgracia, pasar a ayudar a los antiguos adversarios de Pavía, o sea el Emperador Otón I y con su ayuda llega a ser investido obispo de Cremona.”

Tenemos pues que Liutprando es una personalidad, extraordinariamente destacada, en el campo de la diplomacia en el S. X, además de ser historiador, y con ello, testigo observante en su época de los aconteceres de la misma.

¿Qué ocurrió entre ambos personajes para que sobre ellos hablemos aquí y ahora?: “Estas circunstancias vivenciales de Liutprando y Recemundo les hace coincidir en Frankfurt, donde el segundo anima al primero a escribir la historia de su tiempo, o sea del mundo de entonces y de sus circunstancias más importantes y/o extraordinarias, y a tal cometido profesional histórico dedica, años después del 956 citado, sus afanes el obispo cremonense.”

Recuérdese que, aunque sea de soslayo, empezamos hablando de eso del supremacismo, de los que, a sí mismos y por si, se consideran cuspidalmente en una dimensionalidad selecta y, según los casos, puede que hasta única

Sigamos con el hacer del historiador Liuprando. Y así: “Resulta que en esos relatos históricos que hace el obispo Liutprando de su tiempo, hace un hueco importante a un acontecer bélico que tuvo lugar en la península Ibérica, 17 años antes del encuentro entre Recemundo y el propio Liutprando, que se desarrolló en el lugar de Simancas”.

Vemos que, en atención a lo expuesto, Recemundo, Liuprando y Simancas han interaccionado convergentemente y lo han hecho fuera del solar hispánico. nos: ¿en qué consiste el no supremacismo?

La narración de un hecho histórico de aquí, de nuestros antepasados, ha transitado, de forma y manera muy importante, hacia el resto europeo. Lo aclaramos más: “Tenemos pues que un historiador europeo, como es Liutprando, destaca la acción bélica que tuvo lugar en Simancas (sabido es que aconteció en la fecha del 6-8-939), y lo hace dada la extraordinaria importancia de tal hecho de armas donde, en términos globales, se enfrentaron el Califato de Córdoba y el Regnúm Imperiún Legionensis…Es más destaca un hecho astronómico impactante que tuvo lugar en aquellos días, entre julio y agosto del año 939, cual fue un eclipse de sol, para remarcar la data histórica que aporta, en su destacada e importante relato, sobre la batalla de Simancas.”-

Liutprando nos comunica la realidad del S.X, datándonos el hecho bélico de Simancas, como “la aportación hispánica más relevante e importante” al hacer histórico de los tiempos que vivió. Tal situación, junto a otras más, la tenemos que sopesar a la hora delos actuales debates y entelequias sobre el supremacismo.

El resto de Europa, y hasta del oriente próximo, se enteró de lo que aconteció en Simancas en el verano del año 939. La Corona Leonesa y sus dignos aliados ocuparon un lugar de privilegio en la historia universal- Hemos dicho que:” La victoria de la Corona Leonesa, de su Rey/Emperador Ramiro II, en Simancas el 6-8-939, sobre el Califato de Córdoba, que vino después de la Jornada del Foso de Zamora(5-8-939), tuvo una difusión extraordinaria a través de muchos caminos, entre ellos este que hemos relatado del mundo diplomático de la Edad Media (entre Recemundo y Liutprando), y por otra serie de vías de

comunicación de la época, de las que nos son ajenos los peregrinos, de todos y cada uno de los caminos jacobeos, a la tumba del Apóstol Santiago que, ¡a buen seguro!, distribuyeron por toda Europa, de boca en boca, los pormenores y circunstancias que los propios combatientes, en su ida de acción de gracias a su Patrono Santiago, les relataron de viva voz.”

En la Corona Leonesa no se hizo, en el pasado, nunca supremacismo. Siempre se gradecieron las plurales y versátiles visitas por todos los caminos jacobeos a la tumba del Aposto Santiago su Patrón. Sus cuatro regiones históricas y constitucionales de hoy {Extremadura+Reino Leonés+Galicia+Asturias} mantienen la misma dinámica.

El encuentro de Recemundo y Liuprando ayudó, y mucho, al mejor conocimiento de nuestro ser y estar del aquí convivencial del S X. Fue bueno, muy bueno, que tal encuentro tuviera lugar y ocasión. Nosotros ahora debemos proyectar aún más tal acontecer. Ayudemos desde la más amplia leoneseidad a ello. Pongamos en el camino:” Resaltar ahora, en este ahora compartido, la victoria leonesa en Simancas, no es solo poner sobre la mesa la existencia formal del Estado Medieval Leonés una vez más, es también dejar constancia, con firmeza y rotundidad, de la descomunal importancia que el mundo de la “leoneseidad amplia” ha tenido a lo largo del proceso histórico hispánico y como, el hacer global de la Corona Leonesa, en el especio integral de sus cuatro Regiones Históricas y Constitucionales, constituye la vertebración de la reconquista hispánica y su eje dinamizador”.

Un pasado como el de la Corona Leonesa, forjado por sus gentes y abierto de par en par hacia su proyección hispánica y europea, da amplio, público y concreto ejemplo del hacer compartido, la forja de la fraternidad y el hacer mancomunado entre iguales.

Estar toda la Corona Leonesa en la historia universal por hechos extraordinarios como el de Simancas, dice de la herencia y raíz de sus gentes, como un “convergente proyecto hispánico” y, a lo que hemos añadido después de lo ya resaltado, también europeo. Tenemos de ese pasado la base de luz guía que alumbre la actualidad. Decimos que:” Simancas es, sin ningún atisbo de duda, una “gloria leonesa” y a tal hecho del 6-8-939, que es de nuestros antepasados y, por ende, constitutivo de nuestra formación antropológica, la de todos y cada uno de los Pueblos constitucionales de la Corona Leonesa {Extremadurta+Reino Leonés+Galicia+Asturias}, desde aquí, en nuestro rememoración de tan importante victoria, resaltamos, constatamos y aplaudimos. Lo hacemos como ciudadanos europeos y españoles de aquí, de siempre, y lo hacemos como lo que permanentemente hemos sido, en legado y herencia de nuestros mayores, como nosotros: los leoneses.”

Simancas (6-8-939) obligó al Califato de Córdoba, ¡por primera vez!, a pedir al Regnúm Imperiún Legionensis una tregua de cinco años.

En la España Nación y la Unión Europea, ser y pertenecer a un ámbito social integral territorial regional no debe significar nunca preponderancia alguna sobre nuestros vecinos, antes al contrario ser fuente de solidaridad, hermandad y convergencia con ellos. Simancas (6-8-939) nos puede ayudar en ello.

Francisco Iglesias Carreño

Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo