Las elecciones significan por sí mismas el comienzo de un tiempo político nuevo. Esto todavía se hace más evidente cuando confluyen ,como ha ocurrido ahora,todas las posibles,o sea,municipales ,autonómicas,generales y  europeas, en un periodo de tiempo tan corto.

Y claro que este país está viviendo un tiempo nuevo que se caracteriza fundamentalmente por la quiebra del bipartidismo imperante y por la incorporación de un partido de extrema derecha que se encontraba emboscado en las siglas del PP.

Y a esto debemos añadir – lo que ya era conocido – pero que ha exacerbado su contenido ideológico,como son los partidos nacionalistas catalanes.

Estos son los mimbres del actual tablero político y con ellos se deben tejer los compromisos políticos que mejor satisfagan la voluntad de los ciudadanos.

Pero parece claro que hasta la fecha,nuestros representantes no están respondiendo a las espectativas ciudadanas para dar sentido y estabilidad a la dirigencia del pais.

Ocurre todo lo contrario, no solo se actúa pensando en los intereses partidistas,sino que incluso parece que se hacen y deshacen pactos por puro interés personal de algunos dirigentes que no merecerían tal consideración.

La investidura del Pte.del Gobierno parece que está,a priori,bloqueada.Lo más lógico, sin entrar en análisis ideológicos,parece que debería salir adelante con los votos de su propio partido (PSOE) y de los de Cs (Ciudadanos),si éste último partido se reconociera,como dice, de centro liberal y europeista.

Sin embargo sucede que se ha establecido un “cordón sanitario” por parte de Cs a Pedro Sanchez, no al PSOE,lo que nos da idea de la altura política del partido naranja y de sus dirigentes.

Tal y como está la situación creo que lo mejor sería dejar gobernar al Partido Socialista en minoría,con apoyos puntuales,lo que debería significar la abstención de todos en la investidura.

No veo positivo el interés de Unidas Podemos (UP) para un Gobierno de coalición,salvo que eso reporte a sus dirigentes un valor añadido con el que esconder sus malos resultados.

Cooperación sí, coalición no,por la sencilla razón que desde la oposición se pueden aprobar medidas políticas de izquierdas mientras que si se forma parte del gobierno del PSOE se tendrían que tragar muchos “sapos” de política social y económica que no forman parte del programa de UP, ya que el PSOE tenderá a ocupar el centro político que han dejado libre sus anteriores ocupantes,que ahora han virado hacia posiciones más a la derecha.

Y otro factor en contra de un Gobierno de coalición sería la experiencia anterior que ha ocurrido con IU (Izquierda Unida) cuando de coaligaba con el PSOE (versus Andalucía),ya que en las siguientes elecciones PSOE avanzaba en votos e IU retrocedía hasta llegar a su casi desaparición.

Por tanto no creo que a UP le convenga repetir una historia que ha sido nefasta para un partido de izquierda como IU.

De otro lado,echando una rápida mirada a los resultados de los pactos habidos en las autonomías y ayuntamientos vemos un popurrí realmente mareante que,en algunos casos, no lo entienden ni los propios ciudadanos locales.

En nuestra Autonomía de C y L se ha fraguado un pacto de perdedores (palabras de Pablo Casado para denostar estos pactos cuando participaba el PSOE),ahora son pactos de ”libertad”.

Estamos como en la preautonomía,cuando se dirigía desde Madrid.

No sé que pensarán los votantes de Cs,a buen seguro que la mayoría no entenderá como se pueden regenerar las Instituciones y la Política en general con un partido que no sale de los juzgados.

Pero en fin,se firma un papel con medidas y pelota para adelante.Tanto remar para llegar a la misma orilla,eso sí,con los nuestros sentados en algunos sillones que pensarán los naranjas.

Como dice nuestro precioso refranero,”para este burro no se necesitaban alforjas”

Angel L.Nieto

Junio 2019