A través del Itacyl, la Junta de Castilla y León impulsa varias líneas de I+D, dirigidas a mejorar la calidad y eficiencia de cultivo del lúpulo en León y a la obtención de bioproductos de alto valor a partir de sus compuestos y deshechos vegetales. Hoy se han presentado en Villarejo de Órbigo los resultados de los trabajos realizados hasta ahora a los que se destinan recursos por un valor de 250.000 euros anuales.

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), dentro del Plan de Impulso a la Bieconomía Agroalimentaria que puso en marcha la Consejería de Agricultura y Ganadería el pasado mes de enero, está llevando a cabo distintos proyectos de investigación junto a la Universidad de León (ULE) y los productores de la SAT Lúpulos de León y Hopsteiner. Tras el trabajo conjunto entre Itacyl, ULE y productores para la identificación de necesidades, y con la financiación del Plan de Impulso a la Bioeconomía, se ha empezado a trabajar en las distintas líneas de investigación.

Tanto el contenido y los objetivos del convenio como los primeros resultados de las investigaciones sobre la modernización y las perspectivas de este cultivo se han presentado hoy en una jornada celebrada en el Centro de Biocombustibles y Bioproductos de Veguellina de Órbigo que gestiona el Itacyl.

Colaboración público privada

La colaboración público privada bajo los principios de innovación abierta permite que a disposición de estas líneas de investigación estén los equipos de investigación existentes en el Centro de Bioproductos de Villarejo de Orbigo, gestionado por el Itacyl, así como nuevas parcelas de ensayo en este mismo centro que se suman a las de la Universidad de León y a las dedicadas por parte de los productores de la SAT Lúpulos de León y Hopsteiner.

Adaptación al cambio climático: eficiencia en riego y fertilización

Una de las líneas de investigación está relacionada con la adaptación del cultivo del lúpulo al cambio climático con el objetivo principal de buscar sistemas de riego más eficientes y sostenibles con menor coste e impacto ambiental. Este planteamiento persigue una reducción del 70 % del consumo de agua así como ahorro de la energía para riego utilizando bombas más pequeñas y eficientes y riegos mucho más controlados.

Estos sistemas permiten además reducir drásticamente las enfermedades como oidio y mildiu al reducir la humedad ambiental y ser más eficientes en el consumo de fertilizantes, permitiendo la fertirrigación. Los ensayos buscan su efecto en la sanidad de la planta y su impacto en los parámetros de calidad del lúpulo.

Tratamientos más sostenibles y nuevas variedades

Los trabajos conjuntos entre el Itacyl, la ULE y los productores permiten también el desarrollo de ensayos agronómicos para la transición a tratamientos de origen biológico, más ecológicos, buscando reducir los tratamientos de síntesis química, cada vez más limitados en su aplicación por la legislación de la Unión Europea.

Otra de las líneas de investigación se centra en la experimentación con  nuevas variedades como oportunidad de diversificación agronómica y de mercado, atendiendo a la actual demanda global del mercado de producir cervezas más aromáticas y singulares basadas en diferentes lúpulos.

Bioproductos, más allá de la cerveza

Con el objetivo  de darle un mayor valor añadido al cultivo de lúpulo y a los residuos generados en su proceso, se han promovido, también desde el Plan de Impulso a la Bioeconomía Agroalimentaria de Castilla y León, los trabajos que se están llevando a cabo en el  Centro de Bioproductos del Itacyl en Villarejo de Órbigo para el aprovechamiento de los compuestos del lúpulo.

Los resultados de este análisis de los distintos compuestos del lúpulo puede tener aplicaciones dentro de los sectores de la alimentación, la nutracéutica y la farmacia a través de alimentos funcionales, suplementos dietéticos, medicina herbal y tradicional, y naturopatía.

Así, algunos de los compuestos presentes en el lúpulo o que se pueden extraer de sus residuos, cómo los alfa-ácidos, los beta-ácidos, los aceites esenciales, polifenoles, xhantohumol o las gamma-prenilnaringeninas tienen importantes e interesantes efectos antiinflamatorios, bactericidas, analgésicos, antioxidantes o incluso anticancerígenos.

Otra de las líneas de trabajo busca el aprovechamiento del residuo de la planta del lúpulo, no solo como biomasa sino extrayendo del mismo compuestos linucelulósicos útiles para su aprovechamiento en la industria.