El móvil vibro en su bolso:

           -¿Diga? -¿Es usted Julia M.R.?  – Si, yo soy. – Mire,  la llamamos del ambulatorio. Usted tenía cita para hacerse unas mamografías mañana por la tarde, pero se ha estropeado el aparato y tenemos que darle vez para dentro de quince días.

           Julia apagó el móvil con un rictus de impotencia en la cara. Ahmad le preguntó:

           -¿Qué pasa, a qué viene esa cara?

           – Viene a que me han trasladado la cita de las mamografías para dentro de dos semanas. Estuve escuchando el otro día en la tele a un político diciendo que no necesitábamos que Amancio Ortega, donara mamógrafos ni máquinas. ¡Abrase visto semejante mama…! Mira nunca mejor dicho, por lo de mama quiero decir.

           – Bueno, cálmate, al fin y al cabo es para la revisión anual, peor sería que estuvieras en espera por algo más grave. Está claro que todo es poco para invertir en salud y más si nos lo regalan, no acierto a entender cómo se pueden decir cosas así.

           – Espero que la persona se dé cuenta de lo que ha dicho, cuando tenga necesidad de acudir a una consulta y le digan que la máquina que ha de hacer el trabajo está averiada.

           Mordida existencial: Antes o después, todos necesitamos la ciencia y la tecnología para cuidar nuestra salud.

           Por eso es muy de agradecer que alguien que es rico, quiera invertir su dinero en algo tan necesario para la comunidad, como lo es dotar de tecnología, investigación y ciencia a la sociedad en general. De no ser por las donaciones altruistas de los ricos, tanto la salud como la ciencia, estarían en procesos mucho más precarios con consecuencias mortales para la gran mayoría de nosotros.

           Me parece triste que ya no se lleve ser agradecido. El refrán  lo dice claro: “Es de bien nacido el ser agradecido”. Seré antigua, no digo que no, pero agradezco y mucho, por la parte que me toca, como fémina, que Amancio Ortega, nos haya donado y dotado a la sanidad pública de mamógrafos nuevos, de los que no aprietan tanto, con el consabido dolor que ello causa,  y que  son más precisos a la hora de diagnosticar. Todo es poco para aminorar el sufrimiento y  salvar vidas.

           Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo