Había charcos de muerte en la calle. Charcos llenos de sangre de los que salían venas finas difumadas por la lluvia que comenzó a caer agónica. Los pequeños regueros, resbalaban cuesta abajo hasta llegar a otro charco más grande. De pronto alguien que venía corriendo, pedía ayuda: ¡Si queda alguien que no esté herido, por favor, necesitamos sangre! Me fijé en él, traía un brazalete de enfermero. Salí de detrás del parapeto de ruinas en el que me había escondido durante el bombardeo.

           -¡Eh, muchacho! Se te han pegado las sábanas. Mazem zarandeó a su hijo

           Samir se restregó los ojos. –Pero…, pero… Se palpó el cuerpo. No estaba herido, y en vez del enfermero, delante de él estaba su padre, al que le contó aquella pesadilla.

           Mazem se sentó en la cama: -Ya veo que las imágenes de ayer por la noche en la tele, te han pasado factura. Nosotros fuimos afortunados, pudimos salir del infierno a tiempo, un halo gris le inundó la mirada, pero allí quedó para siempre parte de nuestra sangre.  Anda levántate y desayuna o llegarás tarde al trabajo.

           -No, hoy libro por la mañana.

           -Pues entonces puedes acompañarme a donar sangre, para que se nos vayan los malos vientos del recuerdo y para agradecer, de alguna manera, esta segunda oportunidad que nos han dado en este país. Me han dejado un mensaje en el móvil, hoy hay colecta en nuestro ambulatorio.

           Y allá van los dos a dejar un poco de su líquida esencia en el cauce de la vida. Ese cauce por el que transcurren los frutos rojos de la buena pulpa que habita en el ser humano.

           Mordida existencial: Donar sangre es acercarte un poco más a tu propia médula. Esa médula por la que transitan las manos de la tierra que nos ha acogido desde el inicio. Donar es darle sentido a tus huellas, es propagar esperanza en las de los demás.

Para comprobarlo, el próximo 29, podrás donar sangre en Veguellina de Órbigo. Si te acercas podrás disfrutar de la gran familia de donantes, podrás comprobar la gran profesionalidad de los sanitarios y lo que es mucho mejor, después de donar, te sentirás más agradecido a la vida. ¡Anímate y dona!

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo