Un total de 4.735 pacientes se han realizado estas pruebas puestas en marcha de forma piloto en las áreas de Valladolid Este y Oeste y Palencia. Para su desarrollo, se han implantado equipos de retinografía digital en ocho centros de salud, que permiten la detección precoz de una de las complicaciones más importantes y frecuentes de la diabetes.

La diabetes mellitus es una patología con una elevada prevalencia y un gran número de comorbilidades asociadas. La prevalencia de diabetes casi se ha doblado en España entre 1993 (4,1 %) y 2017 (7,8 %). El incremento se ha producido en hombres a partir de los 55 años y en mujeres de los 75 en adelante.

La retinopatía diabética es la complicación más importante y frecuente de la diabetes, y una de las principales causas de ceguera que pueden prevenirse con una detección temprana. Se caracteriza por la aparición de diferentes lesiones -hemorragias, exudados de albúmina, edema y alteraciones a nivel de los vasos sanguíneos- que afectan a la retina. Se estima que actualmente afecta a entre el 10 % y el 15 % de la población en España.

En muchas ocasiones, la retinopatía diabética no provoca síntomas hasta que el daño ocular es grave, por lo que es de suma importancia realizar exámenes oculares periódicos que permitan un diagnóstico precoz de la enfermedad y un tratamiento oportuno para evitar o retrasar la disminución de la función visual.

El programa de Cribado de Retinopatía Diabética de Sacyl nace con la vocación de apoyo y control a los pacientes con esta enfermedad. Dicho programa se ha desarrollado como experiencia piloto en las áreas sanitarias de Valladolid Este y Oeste y en el área sanitaria de Palencia, a través de la implantación de equipos de retinografía digital en ocho centros de salud.

El desarrollo de este programa ha sido posible gracias a la colaboración de los profesionales de distintos niveles asistenciales, tanto de Atención Primaria como de los centros hospitalarios, y con la colaboración del centro de lectura de la Universidad de Valladolid (IOBA).

Para el desarrollo de este programa, el paciente es captado en su propio centro de Atención Primaria por su médico de familia o enfermera de equipo, donde se le realiza una primera valoración y se le remite a uno de los ocho centros con retinógrafo. Allí se le realiza, por parte del personal de enfermería específicamente formado -15 enfermeras- una retinografía -fotografías de cada fondo de ojo-. Estas imágenes son enviadas por vía telemática al centro de lectura, donde son evaluadas por un equipo de ópticos y de oftalmólogos que se encargan de comprobar si existe alguna patología; y si es así, se establece la gravedad de la misma, la periodicidad de su seguimiento o, en caso necesario, la derivación al oftalmólogo de su hospital para un estudio más completo o la instauración del tratamiento.

La telemedicina, y en este caso la teleoftalmología, permite reducir los tiempos en la derivación de imágenes y se agilizan las derivaciones a los servicios de Oftalmología de aquellos pacientes en los que se aprecian síntomas de la enfermedad. Por otro lado, al paciente residente en una zona rural, le permite tener una valoración de su patología por un profesional especializado a distancia sin tener que desplazarse hasta su hospital de referencia.

Además, se ha elaborado una aplicación informática para todo el proceso de registro de datos, almacenamiento de las fotografías y citaciones de los pacientes.

Comienzos y situación actual

El programa piloto comenzó en noviembre de 2017 en el área sanitaria de Valladolid Este, poco después se incorporó Valladolid Oeste y en septiembre de 2018 lo hizo el área sanitaria de Palencia. En la actualidad, la red de centros de salud con retinógrafo participantes en este programa, y su hospital de referencia, son los siguientes: en Valladolid Este: Canterac, Peñafiel y Medina del Campo; en Valladolid Oeste: Arturo Eyries, Tordesillas y Medina de Rioseco; y en Palencia: La Puebla y Guardo.

Desde el inicio del programa hasta ahora, un total de 4.735 pacientes con diabetes se han sometido a una retinografía: 3.177 del Área de Valladolid Este, 1.125 de Valladolid Oeste y 433 de Palencia. El 21,86 % -1.035 de 4.735- presentaron lesiones de retinopatía diabética u otras patologías que no ha sido necesario derivar a los hospitales. Mientras, el 1,47 % -70 pacientes- se tuvieron que derivar con carácter preferente a los servicios de Oftalmología correspondientes. Solo el 7,94 % de los pacientes no fueron adecuados para su inclusión en el programa de cribado, mayoritariamente por cataratas que impedían capturar fotos de buena calidad.

Del total de pacientes tratados hasta el 31 de diciembre de 2018, aquellos con retinopatía leve y moderada (438) continuarán siendo revisados a través del programa con la periodicidad que el oftalmólogo determine en cada caso (seis meses, un año,…) y los pacientes sin retinopatía diabética realizarán revisiones periódicas al menos cada dos años con el fin de detectar las lesiones en un estadío inicial, cuando aparezcan, de forma similar a cómo se realiza en otros programas de cribado, como por ejemplo el de detección precoz de cáncer de mama.