Las pensiones es un tema de máxima actualidad, que en los últimos años se cuela regularmente en nuestras conversaciones. Pero, ¿entendemos toda la información? Dada la complejidad de la temática, puede que nos cueste digerirla.

En este sentido, para que puedas entender de una forma rápida y sencilla qué está pasando con las pensiones, los expertos de Economía para ti, proyecto de educación financiera de Cofidis, te cuentan hoy todo lo que deberías saber sobre este tipo de prestaciones:

1)         ¿Qué tipos de pensiones hay?

En España, hay dos principales tipos: las públicas y las privadas. Las primeras son las conocidas como contributivas o asistenciales, y nos las abona la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas, respectivamente.

Las segundas son las que pagamos a una entidad bancaria o a una compañía de seguros, y para percibirlas se debe haber aportado dinero durante varios años a un plan de pensiones.

2)         ¿Quién paga las pensiones públicas?

Las contributivas las pagan todos los ciudadanos en activo, y se costean con una parte de lo aportado en forma de cotización a la Seguridad Social, mientras que las asistenciales las pagan todos los ciudadanos y se costean a través de los impuestos.

3)         ¿Son generosas las pensiones públicas contributivas?

Según la OCDE, en el año 2016 los pensionistas de rentas medias cobraron en España como primera pensión el 81,8% de su último salario. Un porcentaje significativamente superior al percibido en Reino Unido (29%), Estados Unidos (49,1%), Alemania (50,5%), Suecia (54,9%) o la Unión Europea (70,6%).

4)         Soy asalariado, he cotizado muchos años y solo cobro la pensión contributiva mínima ¿Es una injusticia?

No lo es. El importe recibido depende del salario declarado y del número de años cotizados. No obstante, si uno siempre ha pagado lo mínimo de Seguridad Social, lo más habitual es que reciba cada mes la pensión mínima. En 2019, la cuantía es de 642,9 euros para los jubilados de más de 65 años que tienen un cónyuge que no dependa de ellos.

5)         Los autónomos estamos discriminados, pues cobramos menos de pensión que los trabajadores por cuenta ajena.

No existe discriminación. La diferencia de pensión entre los autónomos y los trabajadores por cuenta ajena tiene esencialmente que ver con que los primeros están obligados a cotizar a la Seguridad Social según su salario y los segundos tienen la posibilidad de escoger lo que pagan. Esta libertad de elección de los autónomos hace que en 2018 el 85,9% eligiera cotizar el mínimo posible. Por tanto, su pensión media era significativamente más baja que la de los trabajadores por cuenta ajena.

6)         He trabajado toda la vida y únicamente percibo 392 euros mensuales ¡No hay derecho!

Trabajar durante muchos años no da derecho a cobrar una pensión contributiva (percepción mínima mensual de 642,9 euros), pues lo que la proporciona es cotizar durante al menos 15 años.

 Si la mayor parte del tiempo trabajado no se ha cotizado, ya sea porque se ha cobrado en negro o porque el empresario no ha ingresado en la Seguridad Social las cuotas correspondientes, no tiene derecho a cobrar una pensión contributiva.

En este sentido, la Administración procede a asignar una pensión asistencial de máximo 392 euros mensuales para al menos, dotarle de unos mínimos ingresos.

7)         Hubiera sido preferible invertir todo el dinero pagado a la Seguridad Social en un plan de pensiones privado.

En las pensiones privadas, el importe que recibirás depende del que has aportado y de la revalorización de las acciones y bonos. Si te sale a cuenta o no, depende en mayor parte de la calidad del trabajo realizado por el gestor del fondo de pensiones. Si éste no ha tenido éxito, es posible que pagues más de lo que has recibido. Entre 1999 y 2018, la rentabilidad media de los planes de pensiones fue del 1,72% y la inflación del 2,69% anual. Por tanto, el ahorrador representativo perdió cada año un poder adquisitivo equivalente al 0,94%

8)         ¿Es rentable haber cotizado a la Seguridad Social?

Depende del número de años que una persona viva. Para muchos de los que no llegan a los 75, el importe cotizado ha superado al cobrado. En cambio, para casi todos los que superan los 80, sucede lo contrario. Al estar en 2019 la esperanza de vida en 83,1 años, podemos decir que a la mayoría le ha salido rentable cotizar a la Seguridad Social. En otras palabras, una vez eliminada la distorsión que genera la inflación, han cobrado más de lo que han aportado

9)         Tengo 48 años, ¿me podré jubilar a los 65 años?

En la actualidad, es posible jubilarse a los 65 años, sin recurrir a la jubilación anticipada, si el trabajador ha cotizado como mínimo durante 36 años y 9 meses.

En los próximos años, el gasto en pensiones aumentará. El motivo es que cada vez habrá más jubilados, cobrarán más y tendrán una mayor esperanza de vida. Aunque haya una elevada inmigración, si no se adoptan nuevas medidas, los ingresos crecerán menos que los gastos, ya que los jóvenes accederán cada vez más tarde al mercado de trabajo.

10)       En 2018 el déficit de la Seguridad Social probablemente ascendió a 19.500 millones de euros. ¿Están en peligro las pensiones públicas?

Rotundamente no. Como ha sucedido otras veces, el sistema necesita una serie de ajustes. Si no fuera suficiente, se podrían complementar los ingresos por cotizaciones con otros impuestos, tales como hacen otros países europeos como Francia y Dinamarca.

En definitiva, tenemos un buen sistema de pensiones público, generoso y rentable para la mayoría de los trabajadores. No obstante, como todo en la vida, necesita una actualización. Ésta no debería ser a costa de disminuir el poder adquisitivo de los jubilados, sino de conseguir más ingresos para sufragar más y mejores pensiones y de retrasar la edad de jubilación.