Las noticias que se van sucediendo en relación con la problemática del anunciado cierre de la factoría de Vestas, cada día son más descorazonadoras, y, desde luego, desde UPL entendemos que no es el momento ni que el Gobierno del PSOE eche las culpas a políticas energéticas anteriores, ni que la Junta del PP intente desviar sus claras responsabilidades.

En este asunto, en donde al final, lamentablemente los perjudicados somos siempre los leoneses, como pasó en su día con la Azucarera, con Everest, con toda la minería, etcétera, lo que ha quedado perfectamente demostrado es la absoluta inoperancia e inutilidad negociadora y ejecutiva de la Junta de c. y León, que, salvo simples manifestaciones, no ha adoptado medida alguna para salvar la actividad y los puestos de trabajo de Vestas, y el Gobierno de la nación tampoco ha conseguido mayores logros, por lo que al final, tanto PP como PSOE son también corresponsables de un cierre del que, no podemos olvidar, la primera responsabilidad cae en la empresa Vestas, que con desprecio absoluto al drama humano, con desprecio absoluto a toda la provincia de León, y con desprecio absoluto a las millonarias subvenciones autonómicas y estatales recibidas, deciden el cierre de la planta leonesa. Este desprecio de la empresa, materializado en que en su momento reciben las subvenciones para el montaje de la planta, para actividad de la misma, y la conservación de los puestos de trabajo, acaba incumpliendo precisamente los objetivos de las mismas, y siendo también la responsabilidad de la Junta de c. y León y del Estado, que obviamente estas subvenciones las han concedido con dinero público de todos, el sancionar a la empresa infractora de los objetivos de las subvenciones e instar a su devolución, porque, si bien pudieran estar prescritas las acciones para exigir a la empresa su devolución, lo que es evidente es que la norma existente no ha servido para su objetivo, y ha existido un auténtico fraude de Ley en la utilización de las mismas.

Por todo ello desde UPL exigimos tanto a la Junta de c. y León que se deje de afirmaciones rutilantes cara a la galería, y adopte las medidas oportunas para exigir a la empresa todas sus responsabilidades, así como para exigir a la empresa el mantenimiento de la planta leonesa, que desde luego si esto hubiera acaecido en cualquiera de las provincias castellanas, no dudamos que hubieran buscado otro tipo de soluciones, y el Gobierno de la nación deberá también buscar soluciones efectivas y no meros intentos que hasta la fecha no han dado resultado alguno.

En último lugar queremos poner de manifiesto la incongruencia de apostar por una transición energética justa, cerrando térmicas, finiquitando y descarbonizando lo poco que queda de la minería, y a la vez cerrar empresas de energías limpias como la de Vestas.