Algo impedía que la puerta se abriese, tuvo que emplearse a fondo y al cabo de tres o cuatro empujones, pudo asomar la cabeza. Julia dio otro pequeño empujón y entró de perfil en casa. Su madre yacía en el suelo sobre un gran charco de sangre.

            Julia salió como una exhalación en busca de su vecina Hala. Lo primero que hicieron fue llamar a urgencias. Mientras esperaban la ambulancia tomaron cada una, una mano de la mujer, para transmitirle, según Hala, energía y paz.

            Después del susto, Clotilde pasó unos días en el hospital. Al parecer le había dado un mareo y al caer, se golpeó la cabeza con la esquina del mueble de entrada, que le produjo una brecha, por donde perdió bastante sangre.

            -Gracias Hala por ayudar a mi hija. Siempre estás ahí, como el buen faro que guía a las naves. Hala se sonrojó al escuchar las palabras de su vecina, pero ella sabía que no había hecho nada del otro mundo, ya que tanto Clotilde como Julia, siempre se han portado extraordinariamente con ella y su familia.

            Hala explicó a Julia, cómo podía hacerse donante de sangre, ella ya lo era y estaba muy orgullosa de ello. –Fíjate tu madre ha necesitado sangre para su recuperación, de no haber donantes, posiblemente…

            -La próxima vez que te acerques a donar, por favor avísame, iré contigo. Tienes mucha razón, cuando mi madre estuvo en el hospital, pude comprobar lo necesaria que es la sangre.

            Mordida existencial: Hacerte donante de sangre, es un acto de solidaridad sin igual. Puedes ayudar a muchos enfermos, accidentados y sobre todo, puedes ayudarte a ti, ya que cada vez que donas, sientes que estás compartiendo un líquido que pertenece a toda la humanidad. Si compartes, estás aportando vida al conjunto y a ti mismo.

            Incluso mirándolo egoístamente, sales ganando. Es muy posible que a lo largo de la vida, necesitemos una o varias veces sangre. Si donas, al menos estás aportando salud y bienestar para tu propio futuro. De momento la sangre no se puede fabricar. La única forma que existe de conseguirla es a través de la solidaridad de los donantes de sangre que acuden a dejar un enorme abrazo de vida en cada bolsa.

            Eso fue lo que hicieron el pasado viernes 31 de agosto en Veguellina de Órbigo,  muchas personas que acudieron, como es habitual, cada vez que hay extracción de sangre. ¡Gracias a todos los que forman parte de esta gran familia solidaria y realista!

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.