Y trasladado a su vez a las diferentes administraciones incumplidoras con las localidades y juntas vecinales de la comarca. Ha sentenciado Andréz Gabella, Alcalde Pedáneo de Forna, Encinedo, Promotor de Actúa y coportavoz de Izquierda Abierta Bierzo

Un año después del dramático  incendio y tras conseguir el compromiso de boquilla de una declaración real como zona catastrófica, tenemos que concluir que la situación de La Cabrera ha empeorado, y no estamos exagerando, tan solo hay que pasearse por Encinedo, la zona cero más afectada por el incendio para concluir lo mismo.

La celebración de dos o tres reuniones institucionales con responsables de la Junta no ha solucionado el día a día provocado en las juntas vecinales y los municipios de la comarca de La Cabrera; salvo que un reportaje fotográfico y unos cuantos titulares esperanzadores, que luego se han quedado en nada, sean el “modus operandi” habitual en cualquier área declarada como zona catastrófica.

Debe admitirse, eso sí, que se ha construido algún cortafuegos, diques de contención de lodos y aplicado ciertos sistemas de regeneración de montes, los que sí queda claro es que la empresa TRAGSA ha hecho caja a costa de estas actuaciones, que desconocemos que eficacia real nos ofrecen, y que las inversiones previstas en las captaciones y traídas de agua potable, por poner un ejemplo, no se han realizado. Los eternos estudios que se vienen elaborando desde hace meses imaginamos serán dignos de un premio nobel, habida cuenta del tiempo destinado a su redacción. Este grave incumplimiento, que deja sin agua a los pueblos afectados, es responsabilidad directa del Consejero de Fomento y Medio Ambiente. Imaginamos que estaría muy enredado como para preocuparse de la situación generada en una comarca que no le importa en absoluto, ni a él, ni a la Junta.

La desgracia es que nada se sabe de los dos millones de euros comprometidos en inversiones, que la caza y la leña han dejado de dar ingresos a los pueblos, que se imponen reforestaciones con plantas no autóctonas que a la larga pueden ser más perjudiciales que beneficiosas, se han “olvidado” las ayudas comprometidas con los ganaderos de la zona y que el reconocimiento como zona catastrófica por parte de las administraciones ha pasado al limbo de los justos, convirtiéndose en un sueño durante los primeros meses tras el incendio y una pesadilla un año después. Eso sin empezar a analizar el desastre que sufrimos en materia de sanidad rural, que pone más de relieve aún el abandono que sufrimos por parte de las administraciones.

Andrés Gabella Arredondas

Alcalde pedáneo de Forna, Encinedo, por La Cabrera en Común