Están mirando hacia otro lado mientras los niveles de desastre se equiparan a un apocalipsis y la mala gestión llega a nivel de tipo penal por administración desleal.

Ayer, 6 de agosto, sumó un nuevo cúmulo de desvergonzonería, dejadez, maltrato y desvergüenza contra la línea estrecha leonesa, el servicio que proporciona y sobre todo contra los heroicos pasajeros que sufren este desastre premeditado.

Empezamos denunciando que el último tren pudo pasar con más de media hora de retraso a eso de las 5 y cuarto aproximadadamente, dependiendo de la parada. Alguna lumbrera de la empresa puso como excusa una supuesta alerta de “vientos” en el tramo entre Cistierna y Matallana. Vendaval que seguimos esperando cual tornado que traiga la gestión de la antigua FEVE del mundo de OZ donde se encuentra actualmente. Sin embargo, la cruda realidad es evidente, no hubo trenes en la línea de FEVE en toda la tarde de ayer y el cúmulo de despropósitos produce vergüenza propia y ajena. Lo más lamentable es que ayer fue un día entre muchos, el pan nuestro de cada día en una gestión de cierre, porque no puede llamarse de otra manera.

Además y aparte de seguir suplantando el servicio por autobuses privados es absolutamente vergonzoso que pasajeros debiesen desplazarse desde Boñar a Matallana en taxis para poder coger el bus de vuelta a León: 20 euros que esperamos sean indemnizados por la empresa a los afectados. Y si no se pudiese caer más bajo una avería que paró el convoy que circulaba cerca de la Vecilla, a eso de las 13h, tras más de dos horas de espera en su interior, se tuvo que solucionar , según decidieron los gestores de RENFE/ADIF, con la contratación de más taxis: unos taxis que acabaron en Valderilla porque quienes dieron la orden no conocen, ni quieren conocer León. Las órdenes se dan desde cualquier lugar menos nuestra provincia, y así nos va.

Falta de personal, de inversiones, de mantenimiento, sustituciones constantes por autobuses, inexistencia de revisores, el viernes falta de calefacción y ahora necesidad de usar taxis porque la FEVE de León está muerta. Mientras, Fomento anuncia y anuncia planes mirando hacia otro lado, hasta que el paciente acabe definitivamente en la morgue del olvido más absoluto.

Actúa León