El animal, de un año de edad, vaga solo a pesar de que aún debería ir acompañado de su madre

Su juventud y sus capacidades mermadas a causa de la herida en una pata delantera le están llevando a buscar comida en zonas humanizadas

La Fundación Oso Pardo (FOP) considera necesario desarrollar un operativo para intentar la captura del osezno herido en Liébana, con el fin de conocer las causas que han originado su situación, evaluar sus lesiones y sus posibilidades de curación y rehabilitación.

Edad y estado del oso

Las observaciones realizadas por el equipo de la FOP y agentes del medio natural y la medición de las huellas (anchura de pie entre 76 y 78 cm) parecen indicar que se trata de un osezno de un año de edad. El animal muestra dificultades para caminar y para apoyar la pata delantera izquierda por causas desconocidas. Mediante observación a distancia no se ha podido conocer el alcance de la lesión ni la posible afección futura a la funcionalidad de la extremidad.

Los osos de un año de edad se encuentran siempre acompañados de su madre, y en este caso tiene que haber alguna razón que explique su ausencia. Un abandono en esta época del año es poco probable, por lo que parece más factible que algo le haya sucedido a la osa. Precisamente, la captura del osezno y la evaluación de su lesión y su posible origen ayudarían a despejar las dudas sobre el destino de la madre.

La Dirección General de Medio Natural de Cantabria ha colocado una carroña para suministrar antibióticos por vía oral al osezno. Esta forma de medicación puede tener alguna utilidad para prevenir infecciones, pero es menos eficaz que suministrar los antibióticos por vía parenteral ya que no es posible controlar las dosis ni saber si se alcanza una concentración inhibitoria mínima.

En todo caso, ante la probabilidad de que el osezno haya sufrido una fractura, luxación o desgarro, o bien tenga clavado un cuerpo extraño, los antibióticos, aunque ayuden a prevenir infecciones y a cicatrizar heridas, no podrán curarle la pata. Por ello se hace necesaria la captura, para evaluar la lesión y sus causas y analizar las posibilidades de curación y rehabilitación.

Ha pasado más de un mes desde las primeras noticias sobre este ejemplar, por lo que es previsible que la lesión haya evolucionado espontáneamente haciendo difícil el tratamiento, pero esto no puede evaluarse de forma adecuada si no se captura al animal.

Presencia en entornos humanos

Por su dificultad para alimentarse, en las últimas semanas el osezno frecuenta entornos urbanos donde busca alimento fácil, como manzanas estropeadas ya caídas en el suelo. Un equipo de la FOP ha podido comprobarlo mediante la detección de huellas y excrementos. Además, ha sido avistado por varios conductores frecuentando las proximidades de una carretera, con el consiguiente riesgo de accidentes.

También se ha producido un incidente con perros de mayor tamaño que el oso. En las zonas humanizadas existen importantes riegos para la vida del animal, que se trata de una especie protegida y catalogada como “En peligro de extinción”.

Por otra parte, su presencia continuada en entornos muy humanizados, pueblos y carreteras, puede conducir a un proceso de habituación, especialmente grave al tratarse de un ejemplar con dificultades que busca alimento y refugio de fácil acceso.

Recomendación de actuación

Por todos estos motivos, la FOP insta al Consejería  de Medio Rural, Pesca y Alimentación a que desarrolle un operativo de captura del osezno herido para evaluar su lesión y sus posibilidades de recuperación. Aún asumiendo que la captura y sedación puedan suponer algún riesgo para el ejemplar, las circunstancias de este caso así lo aconsejan.

En la administración cántabra y en otras administraciones de la Cordillera, así como en el Parque de Cabárceno, hay buenos veterinarios, técnicos y guardas con amplia experiencia en el seguimiento y tratamiento de osos, que ya han intervenido con éxito en otras situaciones similares.

A pesar del seguimiento que se pueda realizar sobre el terreno o el suministro de medicación en carroñas, la realidad es que se trata de un oso muy joven y con sus posibilidades de supervivencia muy disminuidas por una lesión de tipo desconocido y por la ausencia de su madre.