La concejala de Familia y Servicios Sociales, Aurora Baza, ha participado en una de las dos visitas que realizan este mes de diciembre los niños de la Escuela Infantil Santa Margarita y los Centros Infantiles San Lorenzo, la Asunción y Dama de Arintero a la residencia de Mayores ‘Virgen del Camino’. Unas visitas en las que niños y mayores cantan, realizan manualidades y juegan.

La concejala de Familia y Servicios Sociales, Aurora Baza, ha explicado que este mes de diciembre se han programado dos visitas de los niños de la Escuela y los Centros Infantiles a la Residencia de Mayores ‘Virgen del Camino’. El pasado día 11 de diciembre fueron los niños de la Escuela Infantil de Santa Margarita y el Centro Infantil de San Lorenzo; y el próximo martes, 20 de diciembre, los alumnos de los centros infantiles Dama de Arintero y La Asunción.

Aurora Baza explicó que “los niños llegaron a la Residencia sobre las diez de la mañana amenizando a los residentes con canciones sobre el otoño y la Navidad, temas que están trabajando en los centros infantiles y que previamente habían preparado en sus aulas”. Después, realizaron una tarjeta navideña, decorándola con pintura de dedos y adornos troquelados en la Residencia, “siendo ayudados por los mayores, fomentando la colaboración y el  acercamiento intergeneracional entre los más pequeños y los ‘abuelos’”.

Baza ha mostrado su satisfacción al realizar estas actividades intergeneracionales ya que son “un espacio de encuentro donde comparten además de actividades, experiencias y sobre todo, momentos de alegría e ilusión”.

Los beneficios

Los programas de actividades intergeneracionales tienen beneficios “para ambos colectivos”, ha subrayado Baza. “Los mayores experimentan, en el plano emocional, un aumento de su vitalidad, autoestima y sensación de ser todavía útiles para la sociedad. Se reducen también los sentimientos de soledad y aislamiento que en ocasiones se sufren durante la vejez. A nivel cognitivo, se produce una potenciación de la memoria, aumentan las oportunidades de aprender de los más pequeños y se potencian las habilidades sociales y la empatía”.

A su vez, los niños que interactúan con las personas de edad “se forman una idea más positiva y no estereotipada de las personas mayores y del envejecimiento y tendrán menos dificultades para entenderlos”. Cuanto mayor sea el contacto entre niños y mayores, mayor será el conocimiento mutuo y percepciones reales y no sesgadas entre generaciones. Gracias al contacto intergeneracional, los pequeños aprenden a valorar a sus mayores como fuente de sabiduría y experiencia y mejoran también sus habilidades sociales, especialmente la empatía y la tolerancia hacia lo diferente.

Además de estos beneficios para todas las generaciones implicadas, se produce también un intercambio de experiencias y transmisión de tradiciones y cultura popular y un aprendizaje por parte de los más pequeños de la historia y tradiciones de su localidad.