Pues estoy leyendo la novela aforística en la que el principal protagonista es el lector, dice Antonio Merayo en la contraportada de su último libro “Tiempo escrito”.

Leer, además de ser uno de los grandes, bellos y buenos placeres del ser humano, ayuda a mejorar los movimientos del corazón y hace que en el cerebro germinen nuevas vistas hacia nuestro interior y nuestro exterior. Un libro es una casa de calma, para descansar de las rutinas y aliviar las penas, entre otras muchísimas emociones que nos puedan causar las páginas escritas.

“Tiempo escrito” de Antonio Merayo, es una casa llena de reencuentros, de filosóficas soluciones, tiene remedios y cajones llenos de secretos. Los aforismos, son especias que dan sabor a nuestras dendritas. Antonio Merayo en este libro, ha construido una casa llena de ventanas para que podamos contemplar el océano infinito de su creación. La primera ventana o aforismo por el que miré al azar, reza así: “Si los perros pensasen no serían los mejores amigos del hombre”. ¡Qué bueno! Me dije, es cierto, y… mejor que sigan así, sin pensar. Me encanta abrir el aforismario por donde salga. Abro y ahí encuentro una joyita: “Es deplorable el papel de los dioses en la tragedia griega actual”. Antonio Merayo, se dirige al lector con humildad, con mucha sabiduría y con gran inteligencia: “Cuando te parezca que alguien se emociona con tus palabras, asegúrate de que no padezca rija ocular”. El aforismario tiene el toque genial de la filosofía: “El tiempo es una camisa de fuerza que nadie logra quitarse de encima”.

“Tiempo escrito” es un libro que debemos tener a mano. Nos sacará sonrisas y nos hará pensar. “Tiempo escrito” es un recipiente lleno de extraordinarias esencias, que nos aportarán aromas de vida y perfumadas palabras que latirán con su eco en el  interior del lector. Además, este libro no exige centrarte en personajes ni seguir el hilo ni la trama de los mismos, como bien dice Merayo, el personaje principal es el lector, que puede consumir en píldoras pequeñitas o pegarse un atracón de buenísimos pensamientos cada vez que tome en sus manos este hermoso recipiente de palabras.

Mordida existencial: La mordida va hoy para este libro y para su autor que sin duda, nos aportan esa gratitud que sentimos cuando nos sentamos cómodamente a degustar las exquisitas recetas que, siendo tan difíciles de ejecutar, parecen tan sencillas. En este libro, Antonio Merayo hace cercano y sencillo el dificilísimo  arte de unir palabras para sembrar sentimientos. Hazte con un ejemplar de “Tiempo escrito” antes de que se agote, te lo agradecerás.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.