-¿Mamá quieres escucharme? El próximo día 25 de noviembre, es el día en contra de la violencia de género. El profe de literatura nos ha incitado para que cada uno llevemos un texto como aportación. Me gustó mucho lo que dijo ayer en clase.

           -¿Y qué fue lo que dijo, no me lo vas a decir?

           – ¡Uhhhhhhh qué rico! Espera que trague este bocado de warbat, está delicioso.

           Ghada termina de tragarse el bocado de warbat. Se dirige a su madre.

           -El profesor nos invitó a pensar que nacemos iguales, aunque la piel, la religión, la cultura, el lugar de nacimiento, o cualquier otra circunstancia, nos sitúe en diferentes formas de vida. También nos invitó a pensar que nadie debería hacer al otro, lo que no quiere para él mismo. Todos somos iguales ante los demás, aunque cada uno tenga sus propias expectativas de vida. Tuvimos un debato muy interesante. Te leo mi aportación contra la violencia de género.

           -Se titula: “Lívido color”: Lívido color / amanecía en las mejillas de Mujer. / Lívida piel / macerada por un viento de golpes. / Lívido perfume / a sangre, dolor y muerte. / Plof, plof, plof… / Sintió rebotar su cráneo, / chocar contra su propio dolor. / Luego se hizo el sueño, / ¿eterno? Esa era la mejor solución. / Estoy viva, / siento aún el latido / de este sinsentido. / Preferiría estar muerta. / ¡Pero no, imposible! / ¿Qué sería de aquellos / dos ojitos que la acariciaban / con llamas de impotencia en las pupilas? / Plof, plof, plof… / Otro golpe, otra más, / rebotar, chocar, / deseos de reventar de una vez. / Clic 0, clic 1, clic 6… / ¡Favor, favor / necesito ayuda! / Mi madre yace en el suelo, / no sé si está viva. / Yace en el suelo, / no sé si está muerta.

           Hala secaba sus lágrimas mientras abrazaba a su hija.

           – Es un poema muy duro, mucho, pero la realidad es mucho más cruel, te lo puedo asegurar. Este poema me ha traído a la memoria a una hermosa mujer que tenía un corazón de oro, pero tuvo muy mala suerte con la persona a la que su padre la encadenó para siempre. Hala no podía seguir hablando, la congoja la arañaba fuertemente la garganta.

           – Bebe un poco de mi tazón de leche con café mami. Nunca me habías contado nada de esa hermosa mujer.

           -Fuimos vecinas muchos años, hasta que se la llevó aquel hombre oscuro. Cada vez que venían a visitar a sus padres, yo pasaba a su casa para estar con ella. La primera vez que la vi, sentí una punzada en el corazón, comprendí que la convivencia con aquel hombre, debía ser horrible. Luego con los años, pude apreciar algunos de los daños que sufrió. Pero tuvo suerte, el maltratador murió a los pocos años. Y lo que es la vida, ella abandonó este mundo al poco de quedarse viuda, cuando la guerra se apoderó de nuestro país.

Madre e hija se abrazaron, un calor amable, las recorrió a las dos, en sus venas había calma, tenían comida y habían llegado a un país con paz.

Mordida existencial: Vaya hoy la mordida de existencia para Marina Díaz Lafuente y para todos los que participarán en el acto en contra de la violencia de género, que se efectuará en la Sala Cultural de Caja España-Duero de Veguellina de Órbigo el próximo viernes 17 de noviembre. Marina dirige la participación de muchas personas en una performance que removerá las sangres de los asistentes. Estará respaldada y acompañada por personas de las asociaciones locales, también participarán en este acto padres, madres, alumnos y representantes del ayuntamiento de Villarejo de Órbigo a través de la concejalía de Cultura, Igualdad, Educación y Juventud

Promete y mucho esta escenificación del abismo en el que viven muchas mujeres y sus hijos. No te lo pierdas. El viernes 17 a las ocho de la tarde. ¡Te lo agradecerás!

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.