Hace unos meses el Instituto Nacional de Estadística hizo pública la actualización de los datos del padrón municipal de habitantes. El examen de esas ratios hizo correr ríos de tinta en todos los medios de comunicación a propósito de la mala evolución de la provincia leonesa. Además de mantener una tendencia de disminución de la población que abarca un periodo largo, es llamativo que desde 2012 León pierda cada año entre cinco y seis mil habitantes. Este dato en una provincia con menos de medio millón de habitantes es pésimo. Sin embargo, hemos preferido esperar a que se apagase el murmullo sobre este tema para hablar desapasionadamente de él.

Para ilustrar la situación de León hemos optado por tomar los datos de los últimos 7 años, es decir, desde 2010. Nos hemos fijado en cómo han evolucionado cuatro parámetros: la población, la tasa de actividad, la tasa de desempleo y la tasa de empleo.

El padrón municipal nos dice cuántas personas están efectivamente censadas en la provincia.

La tasa de actividad nos muestra la población que tiene o busca empleo sobre el total de los que están en edad de trabajar (mayores de 16 años y menores de 65). Una baja tasa de actividad denota pocos incentivos para incorporarse al mercado laboral.

La tasa de desempleo explicita las personas que, queriendo trabajar, no tienen empleo. Lo que mide es la vitalidad del mercado de trabajo, puesto que, si es muy activo, la tasa de desempleo es baja.

Finalmente, la tasa de empleo expone cuántos trabajadores hay sobre la masa total de personas en edad de trabajar. En otras palabras, esta tasa pone de manifiesto cuántas personas están creando riqueza sobre las que potencialmente podrían hacerlo y pone de manifiesto el ímpetu social.

Los datos de León son esclarecedores sobre su situación. La provincia perdió 31.000 habitantes en 7 años y el ritmo se aceleró en los últimos. En la autonomía sólo Zamora va peor en términos relativos y en las provincias limítrofes también Orense va peor. Estamos entre los últimos del pelotón de cola de España en evolución demográfica.

La tasa de actividad es la peor de España tras la de Orense, lo que implica que existen pocos incentivos para movilizarse en busca de trabajo.

La tasa de desempleo es la peor de la autonomía tras Ávila. Tenemos un mercado laboral con baja vitalidad.

Para terminar, son pocas las personas que están creando riqueza efectivamente en nuestra provincia porque es la que menos tasa de empleo tiene.

En resumen, los datos dicen que tenemos una demografía decadente, un mercado laboral débil, que no incita a buscar trabajo, con una cifra de desempleo alta y eso lleva a los leoneses a marcharse masivamente de esta provincia. Y sabemos que esa tendencia es mala hace tiempo, pero que en los últimos cinco años es aún peor. No se puede trasladar a la opinión pública más que una conclusión: nos encontramos en una situación de emergencia.

 Como es habitual, Proyecto León expone los problemas pero se centra en la propuesta de soluciones que por su extensión plasmaremos en la segunda parte de este tribuna.

LEÓN: SITUACIÓN DE EMERGENCIA (II)

Es evidente que si alguien quiere resultados diferentes no puede continuar haciendo lo mismo. Por esta razón quienes dirigen los destinos de León desde las instituciones públicas deben cambiar lo que están haciendo o dejar paso a personas con ideas nuevas. No se puede argumentar, como se ha hecho, que es la iniciativa privada la que debe resolver la difícil situación. A este respecto hay que recordar que los presupuestos públicos suponen el 39% del PIB español, por lo que son decisivos en la evolución de los territorios. En León no se está gastando la parte correspondiente por población y superficie del presupuesto del estado y lo que se gasta se hace con poco acierto. Por tanto, las cosas se han hecho muy mal y hay que cambiar rápida y drásticamente la ejecutoria si se quiere que esta provincia reaccione.

Proyecto León quiere proponer algunas medidas de aplicación inmediata:

La primera en el plano autonómico es territorializar en esta provincia la parte correspondiente del presupuesto autonómico, el cual se viene mermando año tras año. La parte que corresponde a León supone unos 1.800 millones de euros. Solo con eso ya empezaría a reaccionar la economía leonesa.

En el plano estatal habría que potenciar los centros de investigación como la CIUDEN, los centros del CSIC, el INCIBE y concluir las infraestructuras pendientes: autovía de Monforte, vía rápida de Braganza, soterramiento del ferrocarril en León, tren de FEVE y autovía de Santas Martas. Con esas inversiones en investigación, desarrollo e implementación y el despliegue de las infraestructuras de comunicación pendientes se pondrían las bases para reaccionar.

En el plano municipal urge la fusión o concentración de municipios de León metropolitano y también en el resto de la provincia. Eso mejoraría la calidad de la gestión de los fondos públicos y liberaría recursos para invertir en proyectos de desarrollo de nuestros pueblos.

En el plano autonómico es donde más carencias se registran. León debe tener un plan de promoción industrial acomodado al tamaño de las empresas locales para que se creen en unos casos, crezcan en otros y se implanten en otros; un compromiso directo y cuantificable con su parque tecnológico y su parque científico; un compromiso claro y planificado sobre  la evolución de la centrales térmicas y el consumo de carbón autóctono;  la creación inmediata de cluster específicamente leoneses de empresas químico-farmacéuticas, de tecnologías de la información, de alimentos cárnicos, de alimentos lácteos e infusiones, de envasadores de legumbres, de transportes y de plataformas logísticas. León debe tener su propia promoción turística y de productos alimentarios para diferenciarse como marca con alto valor añadido.

No se trata de hacer una propuesta pormenorizada de todo lo que se puede y debe hacer para salir de la penosa coyuntura en que León se encuentra, pero queremos poner en evidencia que no existe un problema de falta de ideas o posibilidades, sino de falta de presupuesto, compromiso, capacidad de gestión y voluntad para llevarlas a cabo. Urgimos así a todos los sectores sociales a tomar la iniciativa para revertir los datos que hemos expuesto.

TASA DE EMPLEO DE LAS PROVINCIAS LIMÍTROFES Y LEÓN

Al igual que la tasa de actividad, la TASA DE EMPLEO de León es la segunda más baja de todo el entorno, solo inferior en Orense.

TASA DE PARO DE LAS PROVINCIAS LIMÍTROFES Y LEÓN

Comparando la TASA DE PARO de León y las provincias limítrofes, es la segunda más alta solo superada por Orense.

 

Javier Callado

María del Carmen Fernández

Carlos de la Puente

Maite Fernández

Roberto Fernández

Anselmo Reguera

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