El título de la primera obra musical compuesta por Beatriz Martínez Sutil, es precisamente ese: “Devenir”. Además esta obra la estrenó la Banda Municipal “Sones del Órbigo” de Veguellina de Órbigo, de la que ella es miembro desde hace muchos años, en marzo pasado.

Beatriz hizo sus primeros pinitos con el clarinete en la Escuela Municipal de Música de Veguellina de Órbigo, cuando tenía ocho años. A los nueve, ya pasó a la Banda. A los doce, una vez aprobado el acceso a primera enseñanza profesional, inicia sus estudios de música en el Conservatorio Ángel Barja de Astorga.

En el quinto año de grado medio, se inicia en “composición” con el profesor Stefano Tierabracci, al que agradece varias veces en la conversación que mantenemos, sus enseñanzas, su colaboración, su alegría y su profesionalidad. Dice Beatriz Martínez Sutil, que al estudiar composición te das cuenta de que cada instrumento tiene su propia personalidad.

Para componer “Devenir”, tuvo que investigar y preguntar a todos los instrumentistas sus posibilidades, ya que cada instrumento puede tener varias voces y hay que saber la que mejor le va para cada ocasión.

“Devenir” es una obra para banda, que compuso precisamente pensando en la banda de su pueblo, Veguellina de Órbigo  y en la de Astorga. No está nada mal como despedida del grado medio de música. Una obra en la que intervienen más o menos sesenta instrumentistas con sus respectivos clarinetes, flautas, trompetas, oboes, trompas, trombones, tubas, flautines, saxos, percusiones…, espero que no se me quede ninguno en el tintero.

“Devenir” no es su primer trabajo en composición, ya el año pasado, había compuesto otra obra de cámara titulada “Agnes”.  Supongo que el devenir propio de la vida le traerá más inspiración y por lo tanto, Beatriz nos dará más alegrías.

Para Beatriz la música es muy importante en la vida, así lo sintió desde que su compañero el clarinete la acogió como a una hermana en la Escuela Municipal de Música y luego en la Banda “Sones del Órbigo”, donde su director, Luís Martínez García de Longoria, supo transmitirla la seducción por este arte.

Pero Beatriz Martínez Sutil, durante varias veces en la charla que mantenemos para que me cuente su periplo en la música y en la vida, ha aludido a su gran maestro y pilar durante sus estudios en el Conservatorio “Ángel Barja” de Astorga. Este enorme pilar no es otro que Miguel Ángel Fernández Vega, su profesor desde primero. Su profesor y pianista excepcional. Beatriz dice que la ha ayudado mucho, porque vive la profesión como su vida, porque es muy inteligente, un gran trabajador y pone el alma en sus interpretaciones. Todo esto y más, quiere Beatriz que conste en este escrito, ya que dice que gracias a él, ella ama y vive la música. A este veguellinense, le debemos aquellos hermosos años de “Certamen Nacional de Piano de Veguellina de Órbigo” que trajo a nuestro pueblo música, cultura y divisas que dejaban los participantes y sus acompañantes. El último, por desgracia para este pueblo, fue ya en 2011. Un triste retroceso del que muchos nos acordaremos siempre.

Y así como que no quiere la cosa, de repente me salta: ¡Muy importante, estoy metida en esto de la música, gracias a mi hermano! “Él fue el que me introdujo en ella y me ayudó en todo”. Ahí queda, tal cual lo ha expresado Beatriz.

Mordida existencial: El mejor de los devenires, le intuyo y deseo a esta mujer que tiene todo el futuro por delante. Es emotivo, encontrarse con jóvenes, hay muchos, que como ella, trabajan e intentan construir un futuro mejor, dándole importancia y energía a la rutina.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.