cartel Entre Encienas y los Panero
cartel Entre Encienas y los Panero

 ‘Villa Odila’ será el escenario del acto ‘Entre Encinas y los Panero’ con el que finaliza la ruta poética que ha comenzado este viernes en la casona familiar del poeta en Astorga

Este domingo 27 de agosto, la ‘Finca del Monte’, donde la familia Panero pasaba los veranos entre encinas y jaras, los participantes en la ‘Senda Poética de Leopoldo Panero’ concluirán el camino que comienzan este viernes en Astorga.

En Castrillo de las Piedras, serán recibidos los caminantes a las 19 horas con el acto ‘Entre encinas y los Panero’, que comenzará con la lectura de poemas del escritor, para continuar a las 19,30 horas con el concierto ‘Música entre encinas’ a cargo de la Banda de la Escuela Municipal de Música de Astorga.

El Ayuntamiento de Valderrey es el encargado de organizar el recibimiento en el entorno y el paisaje que inspiró la poesía de Panero. El alcalde Gaspar Cuervo asegura que con este gesto, Castrillo de las Piedras quiere “mantener viva la memoria del poeta en el lugar donde murió en el año 1962”.

‘Entre Encinas y los Panero’ pondrá el punto final a tres días de camino que han comenzado este viernes en la casona familiar del poeta en Astorga, hoy convertida en centro cultural, en los que recorrerán Maragatería, La Sequeda y la Vega del Tuerto.

En esta primera jornada dormirán en Santiagomillas para coger fuerzas y adentrarse este sábado por La Sequeda en una ruta que llevará a los senderistas por Monfrontinos, Curillas, Tejadinos, Matanza, Tejados, después llegarán a Cuevas, localidad que se incluye en el trayecto por primera vez, para continuar por Valderrey hasta Bustos, donde pasarán la noche. El domingo saldrán hacia Riego de la Vega, San Félix, Villar, Carral y Barrientos, donde se hará una comida y posterior filandón; por la tarde se dirigirán a Nistal de la Vega, que también se estrena en la ruta, para finalizar en ‘Villa Odila’. 

El alcalde de Valderrey invita a todos los que deseen a acercarse a Castrillo de las Piedras, para saborear la poesía y la música en el encinar donde Panero se refugiaba para escribir y disfrutar de su frescor en los rigores del verano de La Sequeda.