El Ayuntamiento de León, a  través de la Concejalía de Medio Ambiente, es pionero en controlar los niveles de radón en los edificios municipales, con mediciones que en una primera fase se realizarán en las instalaciones del Consistorio de Ordoño II. El radón es un gas radioactivo de origen natural que tiende a concentrarse en interiores pero que, en niveles bajos, y como es el caso de León, se elimina con ventilación.

La concejala de Urbanismo y Medio Ambiente, Ana Franco, ha presentado esta mañana la campaña del Ayuntamiento de León para controlar los niveles de concentración de radón en las instalaciones municipales. La normativa europea Directiva 2013/59/EURATOM entrará en vigor en febrero de 2018 obligando a todos los gobiernos a vigilar y tomar medidas contra la concentración de radón en edificios, un gas noble de origen natural que tiende a concentrarse en interiores y que se elimina con una buena ventilación.

El radón es un gas, incoloro, inodoro e insípido que procede del suelo, de la transformación del uranio en radio y éste en radón. Ana Franco ha destacado que el Ayuntamiento de León quiere ser pionero en informar a la población de los efectos de altas concentraciones de radón, un gas que se elimina en contacto con el aire. Sólo en altas concentraciones puede ser peligroso. No obstante, ha explicado que León se asienta sobre un suelo que no genera riesgos.

Para adelantarse a la obligatoriedad de ejecutar la directiva europea, el Ayuntamiento de León realizará en una primera fase las mediciones de niveles de radón en el Consistorio de Ordoño II. Para ello, se instalarán medidores en todas las plantas que recogerán información durante tres meses. Posteriormente, este estudio se extenderá al resto de instalaciones municipales. La concejala de Medio Ambiente también ha querido transmitir un mensaje tranquilizador porque “en León no existe riesgo”. El estudio  lo realizará el Laboratorio de Radón de Galicia, que depende de la Universidad de Santiago de Compostela.

El radón

El radón es un gas radiactivo de origen natural, que tiende a concentrarse en interiores, como en viviendas, escuelas y lugares de trabajo. No tiene olor, color ni sabor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. La probabilidad de que el radón provoque cáncer de pulmón es mayor en personas que fuman. De hecho, se estima que el riesgo asociado al radón que corre un fumador es 25 veces superior que en el caso de no fumadores.

La normativa europea establece como referencia niveles de concentración de radón de 300 Bq/m3, el nivel que en Estados Unidos es de 180 Bq/m3 y la OMS cifra en 100 Bq/m3. No obstante, los niveles medios del suelo oscilan entre 5 y 15.

La Directiva 2013/59/EURATOM señala que cuando el radón penetre desde el terreno en los recintos cerrados de trabajo, debe considerarse como una situación de exposición existente, dado que la presencia del radón es en gran medida independiente de las actividades humanas realizadas dentro del lugar de trabajo. Tales exposiciones pueden ser significativas en determinadas zonas o en tipos específicos de lugares de trabajo que corresponde determinar a los Estados miembros, y, en caso de superarse el nivel de referencia nacional, se deben tomar las medidas adecuadas de reducción del radón y de la exposición.