A la pregunta de León en Común sobre el uso excesivo de agua a presión para limpiar el pavimento en el Casco Histórico, el Ayuntamiento ha efectuado una contestación que merece una respuesta pública.

Hace unas semanas criticamos en la Comisión de Urbanismo que todos los días se limpie el Casco Histórico con agua, agua que según afirman no viene de la traída doméstica, sino de agua depurada. El agua se proyecta a presión sobre el pavimento, lo que para nosotras es una de las causas del deterioro del mismo. Todos los años, semanas antes de la Semana Santa se empiezan a efectuar reparaciones en dicho pavimento para intentar dejar las calles en condiciones decentes para el paso de personas y vehículos. Unos meses después el pavimento se vuelve a encontrar en las mismas condiciones anteriores o peores

Recientemente, recibimos respuesta a esta cuestión por parte del Jefe de Servicio de Limpieza Diaria y Gestión de Servicios. En la misma el jefe de servicio nos decía que:

“En cuanto al daño que se pueda ocasionar al pavimento. El baldeo manual de la zona se realiza con las bocas de riego de la red pública cuya presión del agua es de 4 y 4,5 kg/cm2, que es totalmente distinto a que si se utilizasen equipos de presión que podrían alcanzar más de 100 kg/cm2.”

No dudamos que los datos sean así. Además, señala:

“Como demostración de que el baldeo manual no afecta al pavimento, pueden comprobarse zonas baldeadas con este sistema como en Avda. Ordoño II que se viene realizando prácticamente cada día sobre la acera (excepto bajas temperaturas), y no por ello están dañadas, igualmente la Plaza de la Regla, la peatonal de Burgo Nuevo, distintas aceras de Padre Isla, Gran Vía de San Marcos, etc.”

Ante estos datos hemos de señalar varias cuestiones. Primero, no se puede llamar baldeo a la utilización de agua a presión (aunque sea a 4 y 4,5 kg/cm2) porque baldeo es otra cosa muy distinta.

Segundo. Comparar el ”baldeo” de las aceras de algunas calles (y todas las citadas son del centro de la ciudad ¿es que no se usa este sistema en los barrios?) con el empleo de este sistema sobre pavimentos que soportan el paso de vehículos, algunos de bastante peso, no es pertinente.

Tercero. Se ponen como ejemplo de buen pavimento que soporta el “baldeo”, la Plaza de la Regla y la zona peatonal de Burgo Nuevo. No sabemos cuándo fue la última vez el Jefe de Servicio pasó por esas dos zonas pues, aunque la segunda solo tiene pequeños defectos, la primera presenta un estado deplorable.

Desconocemos la razón del empleo sistemático del agua en la limpieza de las calles del Casco Histórico, pues, a pesar de lo que dice el Jefe de Servicio, el agua va entrando por las rendijas de las juntas de los adoquines y, poco a poco, día a día y con el paso de los vehículos, se va moviendo y deteriorando toda la zona, a lo que ayudan también el calor del verano y los fríos del invierno.

Si esto no fuera así, podríamos suponer que el problema es que las brigadas que reparan el pavimento lo hacen muy mal, pues todos los años nos encontramos con zonas reparadas el año anterior con desperfectos similares. Nosotras no tenemos la más mínima duda de que las brigadas municipales cumplen con su cometido eficientemente por lo que las causas del deterioro hay que buscarlas en otra parte.

Ya sabemos que algunos de los pavimentos del Casco Histórico han sido elegidos de forma incorrecta (mármol o piedra de Calatorao) y que no eran idóneos para la zona. También sabemos que algunas de las empresas que han colocado los pavimentos no han sido las mejores, pues en algunos puntos ha empezado a fallar el mismo poco después de terminada la obra, pero no es posible que todas las empresas y las cuadrillas municipales hayan trabajado tan mal. Así que solo nos queda considerar que el agua a presión (sea mucha o poca la presión) es la principal causa del deterioro de las calles y de que todos los años tengamos las leonesas que soportar las contrariedades de las obras de reparación y el gasto que esto supone.

León en Común.