El Sevilla honró a todos aquellos que creemos en remontadas y cosas paranormales y lo intentó todo para levantar el 3-0 de la ida. Asensio silenció el ánimo, pero Sampaoli seguía creyendo e hizo que hubiera eliminatoria en todo momento. Ramos sentenció definitivamente y Benzema evitó el fin de la racha. Ya van 40.

Vaya inicio tuvo el Sevilla. Los de Sampaoli se creyeron que podían remontar y a por ello fueron.  Marcaron temprano, como mandan los cánones. Ese gol hizo envalentonarse aún más a los andaluces que acorralaban continuamente al equipo de Zidane. Danilo fue el mejor aliado de los locales con un remate en su propia portería tras medir mal la dirección de la pelota. Ese atrevimiento sevillista lo intentaba aprovechar el Real Madrid saliendo rápido a los espacios. El partido se convertía en un ida y vuelta por momentos. El Pizjuán era el hervidero mayor, clamaba contra cualquier decisión del árbitro, ejercía a la perfección el papel de jugador número 12. Pudo haber muchos goles en la primera parte pero se mantuvo el 1-0 hasta el final. El Madrid debía mejorar su posicionamiento en la cancha a pesar de las ocasiones que tuvo, el Sevilla hizo lo que tenía que hacer.

Asensio dijo basta. Apenas empezada la segunda mitad, cogió el balón en su campo y no lo soltó hasta depositarlo en la red guardada esta noche por David Soria. Un golazo a lo Gareth Bale en Mestalla que daba tranquilidad a sus compàñeros. Pero pocos minutos después, Jovetic, que hoy debutaba, anotaba el 2-1 y volvía a ilusionar a la grada. Ben Yedder avisó con un cabezazo cerquita y el montenegrino la volvía a tener. Morata respondía a la contra, pero sin fortuna. De poder a poder y Sampaoli decidió meter a Vitolo por Mercado en una clara declaración de intenciones. ¡A por todas! pareció decir el General. Los morados hoy comenzaban a llegar claramente al área local, sin embargo el Sevilla no se rendía. Escudero desde lejos a punto estuvo de anotar el tercero. Fue Iborra, ese falso nueve mediocampista defensa central, osea ese todoterreno, quien puso el 3-1. Faltaban dos goles para que el Sevilla se clasificara y ahí continuaban, en la lucha. Pasado el ochenta de juego, Casemiro se cae en el área por supuesto empujón de Kranevitter y el colegiado señaló penalti. Sergio Ramos anotó con maestría la pena máxima y sentenciaba definitivamente la llave de octavos. Lenglet, que también tenía su debut hoy, mandó un balón al palo dentro de ese acoso sevillista que seguía y seguía. Benzema, en el descuento, cantó las 40 y evitó que se truncara la racha de Zidane.

El Real Madrid mantuvo milagrosamente al final su racha. Ya son 40 partidos sin perder, pero sufrió muchísimo y pudo perder la eliminatoria. No lo tuvo nada fácil. El Sevilla honró al fútbol creyendo en todo momento incluso cuando necesitaban cuatro goles para pasar. El Pizjuán empujó como siempre y estuvieron cerca de dar un buen susto al conjunto de Zidane. Al final empate a 3.

Juan Lorenzana Prieto @juanlp91

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