ObraEdificioVeguellinaEl Consistorio culmina el expediente administrativo y retira los andamios para recuperar la viabilidad de la acera en la calle Pío de Cela, que causaba importantes perjuicios

Han hecho falta ocho años, el último de ellos del actual equipo de Gobierno de Villarejo de Órbigo, para que el centro de la localidad de Veguellina de Órbigo recupere la plena accesibilidad que condenaba desde tan dilatado plazo a los peatones a dificultades de movimiento en la calle Pío de Cela, la arteria principal de la localidad.

Esta semana, operarios municipales han procedido por fin a iniciar la esperada retirada de los andamios que se instalaron, invadiendo la acera pública, hace ocho años, provocando molestias e incluso riesgos para los transeúntes.

Derribado el muro, que se perpetuó en el tiempo al quedar paralizada la obra de construcción de un edificio en esta calle, los trabajadores se encuentran reponiendo la acera en su anchura normal con el objetivo de que la calle luzca sin este problema enquistado cuando dentro de una semana esta calle, como otras muchas, acoja los puestos de la Feria Multisectorial y del Ajo de Veguellina de Órbigo.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo, presidida por su alcalde, Joaquín Llamas, a las pocas semanas de tomar posesión decidió tomar cartas en el asunto e inició la anulación de manera definitiva de la licencia concedida en su día, después de constatar que la misma llevaba entonces paralizada por espacio de siete años sin que, además, en todo este tiempo los promotores abonaran ni siquiera la misma, algo que causaba además un perjuicio a las arcas públicas municipales.

Ahora, además de recuperar el espacio público, el equipo de Gobierno ha determinado no anular definitivamente esa licencia precisamente para no causar un perjuicio innecesario a los particulares que llegaron a adquirir viviendas en esta promoción malograda, con la esperanza de que más adelante pueda desbloquearse su construcción, frenada por causas absolutamente ajenas al Consistorio.

Se da la circunstancia de que esa paralización también dañaba los intereses municipales y de todos los vecinos porque, conforme al proyecto aprobado, la empresa que debía haber ejecutado totalmente el edificio de viviendas se había comprometido a ceder la mayor parte del bajo del inmueble para uso municipal, en contraprestación a la cesión de parte de un terrero de titularidad pública municipal.

Se trata de cerca de 900 metros tenían que haber servido para que el Ayuntamiento los destinara al uso público que considerase, pero que al quedar inacabada la obra de momento se habían dado por perdidos.