El Ayuntamiento de León viene proponiendo la construcción de una central térmica de biomasa que, conectada a una red de tuberías, serviría para suministrar calefacción y agua caliente a distintos edificios públicos (Hospitales, Servicio Territorial de la Junta, MUSAC,…) en una primera fase, y posteriormente a las comunidades de vecinos de los edificios situados en los alrededores de la central.
Ante la polémica vecinal suscitada, primero por los vecinos de Eras de Renueva, que rechazaron de plano la ubicación del proyecto en su barrio, y ahora por los vecinos de Cantamilanos y la Inmaculada, Ecologistas en Acción de León, quiere hacer públicas las siguientes declaraciones:
-Vuelve a llamar la atención la falta de transparencia del equipo de gobierno que (según noticias de la prensa local), habría solicitado subvenciones a la Comisión Europea antes de facilitar datos esenciales, como la potencia de la instalación y el origen y la cantidad de biomasa a utilizar, sin los cuales no es posible determinar ni el impacto ambiental ni la viabilidad económica del proyecto.
– Es incuestionable la necesidad de que los poderes públicos fomenten el uso de las energías renovables para afrontar las inminentes consecuencias del cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero también es cierto que, la mera sustitución de fuentes de energía no renovable por renovables, no supondrá avances significativos en la lucha contra el calentamiento global si se mantienen los niveles de consumo energético actuales. Para que el uso energético de la biomasa en instalaciones centralizadas sea realmente sostenible deben darse una serie de condiciones que esta asociación considera no se dan en la provincia de León.
– No tiene sentido invertir millones de euros en centrales térmicas (más de 6.000.000 € en el caso de León) alimentadas por biomasa forestal, sin asegurar el suministro viable del recurso. Se fomentan estos proyectos pero se abandona la inversión en gestión sostenible de los montes y en prevención de incendios forestales, renunciando de paso a fijar población en el medio rural.
– La utilización de residuos forestales debe limitarse a residuos sacados del monte con auténticos criterios ambientales, de modo que se evite el riesgo de incrementar los aprovechamientos forestales (talas y podas) con criterios económicos. En todo caso se han de realizar estudios de viabilidad de los ecosistemas forestales de los que se va a obtener el recurso. Se dice que la central se alimentará de biomasa forestal de la provincia de León, pero desconocemos los ecosistemas que se verán afectados y los estudios de viabilidad realizados.
-La central prevé suministrar unos 40.000.000 KWh útiles al año. El uso de grandes cantidades de biomasa forestal sólo es viable económicamente cuando el residuo está concentrado y el abastecimiento es sencillo. Pero con el combustible disperso, los proyectos no deberían sobrepasar los 10MW térmicos pues los costes de recogida, almacenamiento y transporte se disparan. Creemos que si lo que se pretende es reducir el consumo de combustibles fósiles mediante el uso de biomasa, el dinero público debería destinarse prioritariamente a subvencionar la rehabilitación de inmuebles para hacerlos más eficientes y la sustitución de calderas obsoletas de carbón y fuel en viviendas y PYMES.
-Ecologistas en Acción se opone al uso energético de la biomasa en instalaciones de más de 5MW eléctricos o 10 MW térmicos, pues dada la cantidad de combustible que requieren, en el contexto de la caótica gestión de residuos que soportamos y siendo la incineración de residuos una actividad amparada por la administración, cabe la posibilidad de que se utilicen residuos en sustitución de la biomasa forestal prevista.
– La planta a instalar en el municipio de León, generará energía térmica a partir de la quema de materia orgánica (astillas o pellets de madera, en cantidad que se desconoce) hasta su conversión en cenizas. En este proceso se emite a la atmósfera monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), y otros tóxicos peligrosos como el cancerígeno benzopireno, que deterioran la calidad del aire en proporción a la cantidad de biomasa que se incinere. En días de viento dominante, dada la ubicación que se propone, las emisiones de la central térmica afectarán no sólo a los barrios próximos, sino a la mayor parte de la población de León y su alfoz. Estas emisiones se sumarán a la contaminación producida por el tráfico y a la que llega de la central térmica de carbón de La Robla y de la cementera, autorizada a quemar anualmente 95.000 toneladas de residuos.
En definitiva, podríamos estar ante otro proyecto especulativo, promovido por SOMACYL, que con la excusa de fomentar el uso de energías renovables, desviará más de 6.000.000€ de dinero público a las empresas que resulten adjudicatarias. Cabe recordar que la empresa pública SOMACYL, adscrita a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, está acusada de presunta malversación de fondos públicos por adjudicar proyectos a empresas de familiares de altos cargos de la Junta, con escándalos como el de la pasarela de Benavente o el edificio “la perla negra” de Arroyo de la Encomienda.
Fdo.: Junta Directiva de Ecologistas en Acción