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A lo largo del 2015 se perdieron 26.000 habitantes, y registra la cifra más baja de las últimas décadas, por debajo ya de los 2.450.000 ciudadanos

La despoblación se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza de la clase política en nuestra Región.

Por mucho plan contra la despoblación que se ponga en marcha, la realidad se hace tozuda año tras año y los datos son demoledores.

La realidad, es que se hace necesario un verdadero plan de choque para que todos los grupos políticos representados en las cortes de Castilla y León, pongan en marcha todas las medidas que estén en su mano para que este problema quede paliado en la medida de lo posible.

2015 ha sido el sexto ejercicio consecutivo de descenso demográfico en la Comunidad representó además una bajada porcentual del 1,1 por ciento, la mayor del país.

Por sexos, a fecha 1 de enero había inscritos en al Padrón de la Comunidad, 1.205.942 hombres y 1.239.849 mujeres.

El colectivo masculino mermó un 1,1 por ciento, con 13.674 individuos menos; y el femenino, un uno por ciento, con una pérdida de 12.587 féminas.

Los datos difundidos reflejan también que Castilla y León perdió en 2015, 18.849 ciudadanos nacionales, debido al mayor número de fallecimientos respecto a los nacimientos y a la salida de ciudadanos residentes en la Comunidad tanto a otros puntos del país como al extranjero.

La sangría poblacional de Castilla y León se recrudeció hasta extremos nunca conocidos con la pérdida de 26.261 habitantes en 2015, según los datos provisionales del padrón del Instituto Nacional de Estadística, que sitúan la población de la Comunidad en 2.445.791 ciudadanos, la cifra más baja de toda la serie histórica.

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